Comentario: proceso contra Pistorius, de primera

¡Óscar Pistorius no es un asesino! Esta decisión tranquilizará a los seguidores del atleta de fama internacional, quienes no querían creer que el admirado corredor con prótesis hubiera disparado a su bella novia. Quienes lo vieron colapsar frente a las cámaras, llorar o vomitar, no podían concebir que todo fuera una escenificación.

Aún así, tanto fuera como dentro de la sala de audiencia, el proceso también ofreció un espectáculo grotesco. El número de observadores y de médicos forenses aficionados de todo el mundo aumentó considerablemente a lo largo del juicio. Sin piedad, la defensa y la acusación sacaron a la luz detalles de la relación amorosa, por más íntimos que fueran.

Una estrella caída

Pese a que Pistorius no fue declarado culpable de asesinato intencional, sino de homicidio culposo, el hombre está hecho trizas. Antes de la noche del crimen, era la estrella del deporte para discapacitados, un ícono de la publicidad y el favorito de los patrocinadores. Hace mucho tiempo que sus retratos gigantes, que cubrían las fachadas de edificios completos, desaparecieron de las ciudades de Johannesburgo y Ciudad del Cabo.

Los patrocinadores han encontrado a otros héroes. Sus sueños deportivos están destrozados. Pistorius es un hombre quebrado por dentro. Una persona casi no puede caer más bajo. El autor del delito, independientemente de si haya sido doloso o no, se ha convertido en víctima.

Pilar de la joven democracia

Sin embargo, el drama personal del glamuroso corredor con prótesis no es lo decisivo de este proceso. Dos décadas después del fin del apartheid, una jueza negra emitió un fallo premeditado y equilibrado, sin dejarse llevar por esquemas de blanco y negro.

Con una objetividad admirable y profesionalidad, la jueza Thokozile Masipa ordenó los hechos y se resistió a la presión del público y de los medios de comunicación. Pistorius no recibió un trato especial de su parte, sino que Masipa realmente dudó de las acusaciones de asesinato, justificando su fallo de forma objetiva. Junto con los medios y una sociedad civil bien organizada, la Justicia sudafricana se ha convertido en uno de los pilares más fuertes de la joven democracia. El proceso cumple los estándares internacionales, es un fallo de primera.

¿Los ricos gozan de más derechos?

La pregunta social de si en la Sudáfrica democrática es normal irse a dormir con un arma y empezar a disparar, a la menor sospecha, no la puede contestar la jueza Masipa. Si bien Pistorius no recibió un trato especial por parte de la Justicia por tratarse de una persona famosa, sí pudo pagar a los abogados más caros. Esto hace plantearnos otra pregunta social, que no solo es válida para Sudáfrica: ¿la gente rica goza de más derechos porque tiene a los mejores defensores?

Más allá de la tragedia humana, el fallo despierta poco interés entre los sudafricanos: ellos preferirían que no solo en este caso excepcional, sino en la vida diaria, la Justicia hiciera un mejor trabajo, que se arrestara a más delincuentes y se aceleraran los juicios.