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Sector privado en el segundo paquete de rescate a Grecia

Mirra Banchón Ramírez21 de junio de 2011

El acento se puso en el adverbio: `voluntariamente´ debe participar el sector privado en el segundo paquete de rescate de Grecia. ¿Qué significa esto? DW conversó con expertos en el tema.

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"Si el sector privado no participa, la quiebra es muy probable. Si Grecia quiebra, los bancos recibirían en algunos años un 30 por ciento".Imagen: Fotolia/Grischa Georgiew

Los ministros de la eurozona se pusieron de acuerdo en la madrugada del lunes en cuanto a que los acreedores privados también deben participar en el segundo paquete de rescate a Grecia. De manera voluntaria. Más fácil es decirlo que hacerlo. ¿Cómo convencer a los bancos y las aseguradoras de renunciar voluntariamente a postergar el cobro de su dinero? ¿No habría que obligarlos a participar en el rescate de la economía griega?

¿Quién pospone el cobro voluntariamente?

Se trata de que los bancos compren voluntariamente bonos estatales griegos cuando los anteriores hayan vencido o de que prolonguen los plazos de vencimiento de líneas de crédito actuales.

“Voluntariamente ningún banco osará firmar bonos griegos. La probabilidad de impago es demasiado alta. Un banco no puede defender un paso así ante los accionistas”, opina Wolfgang Gerke, presidente del Centro Bávaro de Finanzas. Una entidad financiera haría algo así sólo si recibe algo a cambio: la promesa de que en caso de insolvencia se encuentra en la prioridad uno, por delante de otros acreedores.

Flash-Galerie Screenshot Spiegel Griechenland Krise
La crisis griega, omnipresenteImagen: www.spiegel.de

Con todo, Christoph Schalast, especialista de la Frankfurt School of Finance and Management parte del supuesto de que los bancos sí van a participar voluntariamente en el rescate griego: “¿Cuáles son las alternativas? Si no participan, la probabilidad de una bancarrota crece. En ese caso, no recibirían nada y si tienen suerte, después de algunos años, entre un 20 y un 30 por ciento de la suma prevista originalmente”.

En manos estatales y del contribuyente

Además no hay que olvidar que el Estado tiene un gran poder de influencia sobre los acreedores privados y puede ejercer presión. El caso del Hypo Real Estate es un buen ejemplo; éste posee bonos griegos por más de siete mil millones de euros. A consecuencia de la crisis financiera, el banco fue estatizado.

Otro ejemplo, KfW: este banco estatal de fomento y desarrollo le prestó al Estado griego unos ocho mil millones de euros. Tercer caso, el Commerzbank: durante la crisis fue asistido por Berlín y ahora un 25 por ciento de sus acciones están en manos del Estado alemán.

La parte francesa es considerable también: los bancos franceses no sólo compraron bonos griegos sino que sus filiales están presentes y muy activas en Grecia.Aparte de esto, buena parte de la deuda se encuentra en el Banco Central Europeo y con ello en manos del contribuyente común. Con todo, según calcula Schalast, la mitad de los 340 mil millones de euros de la deuda griega están en manos de bancos privados y aseguradoras de la misma Grecia.

Evangelos Venizelos, ministro griego de Finanzas, en la reunión en Luxemburgo (20.06.2011)
Evangelos VenizelosImagen: dapd

No sentar precedentes errados


“De cualquier manera vale la pena dar una señal clara, de lo contrario en el futuro siempre se pensará que cuando hay dificultades el contribuyente debe participar, que los bancos de inversión socializan sus pérdidas y privatizan sus ganancias. Un precedente errado. Aunque hayan tenido mucho tiempo para zafarse de buena parte de la carga, todavía estamos a tiempo de que participen”, analiza Gerke. Que el término “obligatorio” lleve a las agencias de rating a colocar a Grecia en el nivel más bajo no le preocupa:

“Mucho no cambia para Atenas, pues el país de todas maneras no obtiene créditos en el mercado. Hoy ya está en esa situación. Los intereses se han vuelto demasiado altos para Grecia y por eso depende de ayuda externa. No se trata de hacerle caso a las agencias de rating, sino de ejecutar políticas adecuadas. No podemos dejar caer a Grecia en el vacío”.

Tampoco para Schalast hay mucha diferencia entre que el país heleno reciba una calificación D –default, insolvencia, quiebra- o una un poco mejor, CCC. Fitch y Standard and Poor´s ya lo anunciaron: valorarán con D a Grecia si los bancos privados no participan en el rescate, voluntaria o no tan voluntariamente. Pues eso significaría simplemente la quiebra.

Autora: Jutta Wasserrab/Mirra Banchón
Editor: Pablo Kummetz