Edmund Stoiber: su cargo a disposición del partido
15 de enero de 2007"Lucho por mí, por Baviera y por la CSU", fue el grito de guerra con el que Edmund Stoiber abría ante la prensa la ronda de contactos con los miembros de su partido, iniciada esta mañana, desarrollada a puerta cerrada a cal y canto y que finalizará mañana martes. Con esta escueta frase, la única que pronunció en público, Stobier dejaba claro que, pese a todos los pesares, su puesto a la cabeza del partido cristiano y como primer ministro del pujante Estado bávaro del sur aún no está vacante, pero, como en privado declaró, sí a disposición del partido.
Cuestionado hasta en Baviera
Stoiber es uno de los políticos más destacados del panorama alemán. Dirige la CSU, el "otro" miembro de la ya eterna coalición CSU/CDU (Unión Cristianodemócrata) con la que los conservadores alemanes concurren a las elecciones nacionales. En 2002 quiso ser canciller, pero Gerhard Schröder enarboló el no a la guerra en Irak, se arremangó los pantalones para hacer frente a las inundaciones que por aquellos meses electorales azotaban Alemania y dejó a Stoiber a las puertas de la cancillería.
Luego fue la "niña" de Helmut Kohl, Angela Merkel, la que se le cruzó en el camino para truncar sus sueños de dirigir Alemania. Stoiber tuvo que conformarse con regresar al lugar donde, hasta ahora, ha ejercido in cuestionado su reinado, a Baviera. Pero incluso aquí ya hay quien pone en duda su liderazgo. Stoiber no es un político comedido. Sus declaraciones levantan enormes polémicas. En los últimos meses le persiguen los escándalos. Y además, a gusto de sus compañeros de filas, se ha alejado demasiado de los centros de poder en Berlín, arrastrando al partido con él.
A Stoiber se le están revolucionando las bases, y algunos puestos altos. En 2008 se celebran las próximas elecciones bávaras y la CSU se muestra abiertamente dividida, reconocen hasta los más optimistas. No todos creen que Stoiber sea la mejor de las opciones para enfrentarse al nuevo reto electoral y hay quien confiesa ya abiertamente sus deseos de que sea el propio primer ministro el que se retire sin hacer ruido.
Una historia de faldas
Stoiber está acostumbrado al revuelo a su alrededor. Sin embargo, aunque él dice que para ser cocinero hay que "soportar el calor", el punto alcanzado es tal que ayer se le daba prácticamente por depuesto. El primero de los escándalos que hirió a Stoiber fue el de las denuncias de espionaje de Gabriele Pauli, también de la CSU, que acusaba a la cúpula del partido de indagar en su vida privada con la intención de encontrar algo que la desacreditase.
El segundo bombazo periodístico nada tiene que ver con el transcurso de la vida política. Pero con ciertas noticias diarios sensacionalistas como Bild pueden causar alguna que otra "minicrisis" dentro de un partido conservador y cristiano como es la CSU: Horst Seehofer, ministro cristianosocial de Alimentación, Agricultura y Protección del Consumidor, además de uno de los mejor posicionados en la línea sucesoria de Stoiber, casado y padre de tres hijos, oculta supuestamente a una amante.
Si la pérdida de imagen dentro del mundo conservador y cristiano del principal competidor de Stoiber perjudica al primer ministro bávaro es cuestionable. Pero el hecho de que le beneficie cierne una sospecha sobre Stoiber que quizás no le sea tan grata.
Y por último está una encuesta de opinión publicada por la revista Stern otorga a Stoiber sólo un 24% de las intenciones de voto en Baviera y según la cual un 64% de los bávaros creen que el primer ministro no debería presentarse a un próximo mandato.
Hasta septiembre
Stoiber ha sido muy criticado durante el fin de semana, pero las batallas internas no le hacen bien al partido. Hoy se han cerrado filas en torno al dirigente. Pesos pesados de la CSU como Joachim Herrmann y Alois Glück se han reunido esta mañana con Stoiber y declarado que las conversaciones fueron "abiertas", "serias" y "enriquecedoras". Después, entre esta tarde y el día de mañana, les llega el turno a los restantes miembros del partido.
Y, entre lo poco que ha trascendido del contenido de las charlas con los colegas de partido, se encuentra la convicción Stoiber de no querer interponerse en el camino de la CSU hacia una nueva victoria electoral en Baviera. "Quiero ser candidato, pero no tengo porqué serlo", se dice que comentó el político.
Lo más probable es que el tema de una candidatura con Stoiber a la cabeza o con Stoiber retirado quede aparcado hasta que se celebre el Congreso de la CSU, fechado para septiembre de 2007. Eso si el bávaro agunta el vendaval hasta entonces.