El hábito alemán de hacer sauna desnudo extraña a los extranjeros
28 de noviembre de 2009Frecuentar una sauna es un hábito muy común en Europa, principalmente en Alemania y en los países escandinavos. Con la llegada del otoño y de las primeras ráfagas de frio, aumenta el número de aficionados a la sauna, a la que en el norte de Europa se acude, por norma general, sin ropa.
Por voluntad propia, los alemanes carecen de timidez a la hora de prescindir de la ropa para ir a la sauna. Los baños de vapor son parte de la rutina de muchas personas. Después de un día de estresante trabajo, nada mejor que ir a un lugar donde poder relajarse y conversar con amigos.
Las saunas son tan populares en Alemania y los países escandinavos que existen incluso campeonatos para ver quién aguanta más tiempo temperaturas que pueden sobrepasar los 100 grados centígrados.
¿Normal o extraño?
Peter Ebinger, informático alemán de 36 años, cuenta que acude a la sauna al menos una vez por semana. “Suelo ir a relajarme después de jugar al squash. Lo hago desde los 18 años y no me avergüenza estar desnudo delante de otras personas. Me sentiría incómodo si tuviese que llevar ropa dentro de la sauna”, explicó.
Para la brasileña Lara Brück Pamplona, de 29 años, estar totalmente desnuda en una sauna es embarazoso. “Me siento incómoda. He acudido a la sauna unas cinco veces aquí en Alemania, pero no me gusta. Me gusta la privacidad”, comentó.
La misma opinión tiene la estudiante de física Carolina Andrade, de 27 años. Habitante desde hace cuatro años de la ciudad de Bonn, Carolina dice que la desnudez es para ella sinónimo de intimidad. “No me siento a gusto desnuda en medio de un montón de gente que no conozco. Sé que forma parte de la cultura alemana, pero yo soy brasileña. Tengo mis raíces”, relata la carioca, que sólo ha acudido una vez a una sauna en Alemania.
El médico árabe Farid Muhammad considera la desnudez en público, especialmente en las saunas, como puro exhibicionismo. “No me sentiría a gusto en una sauna totalmente desnudo rodeado de un montón de gente.Ya fui a saunas cuando vivía en Estados Unidos, pero las personas estaban siempre vestidas. Considero que la desnudez es para ser exhibida delante de la persona que se ama, de la persona que se admira”, argumenta Farid, de 27 años.
Un día para los hombres, otro para las mujeres
En Alemania, muchas saunas tienen días específicos para hombres y otros para mujeres. Pero sea el día que sea, especialmente durante el otoño y el invierno, las saunas siempre suelen estar llenas.
El público masculino dispone de dos o tres días por semana para disfrutar de las saunas secas o de las de vapor (conocidas como saunas húmedas o baños turcos).
Los hombres transitan por las diferentes salas de la sauna, variando la temperatura entre 0 y 90 grados centígrados durante varias horas. En la pausa entre un baño de vapor y otro, se reúnen para tomar cerveza o conversar con amigos. Otros prefieren leer un libro.
Las mujeres también tienen su sitio en las saunas. Generalmente, dos veces por semana son los días fijados para que ellas disfruten de la saunas y de los baños de aromas.
Los precios varían en función de lo que la casa ofrezca. Existen saunas lujosas, con varias salas que exhalan vapor (muchos de ellos, aromáticos), baños calientes, piscinas térmicas (aguas naturales) con agua caliente o helada e incluso baños de barro y hierbas medicinales.
Orígenes de la sauna
Registros históricos de los egipcios que datan del año 4 mil a.C. muestran que la sauna era ya por aquel entonces una práctica de purificación del espíritu. Durante los rituales, se utilizaban esencias aromáticas y afrodisíacas. Los griegos y los romanos también fueron grandes aficionados a la sauna.
Los turcos perfeccionaron la técnica con el calentamiento de agua a través de grandes calderas de bronce en salas de marmol. Para los pueblos de la antigüedad, la sauna era muy popular por su poder curativo. En la Finlandia actual hay cerca de 2,2 millones de saunas para 5,2 millones de habitantes.
Beneficios terapeúticos
De acuerdo con la médica alemana Claudia Böhnke, el baño en la sauna proporciona una agradable relajación para el cuerpo y activa la circulación sanguínea. “Por eso, personas con problemas respiratorios, cardíacos o que tienen la presión arterial alta o baja, deben evitar este tipo de ambientes”, alerta.
En las sesiones de sauna, se recomienda ingerir mucha agua para reponer la cantidad que es eliminada a través del sudor. “En la sauna se aumenta la transpiración y se genera pérdida de líquidos. No se quema grasa”, resalta la médica.
Autor: Luciano Nagel / ASG
Editor: Pablo Kummetz