Turista despistado se desnuda en Baviera
23 de mayo de 2007
Los alemanes son conocidos por tener una actitud inhibida respecto a la desnudez de sus cuerpos. Se estima que existen en este país unos 60.000 practicantes de la llamada cultura del libre cuerpo (Freie Körper Kultur) y prueba de ello son la existencia de miles clubes y saunas libres de toda ropa. El país, con razón, es visto en el extranjero como un bastión de la libertad corporal.
La liberalidad alemana sorprende a muchos extranjeros provenientes de culturas más recatadas. Esa naturalidad con la que los alemanes se quitan la ropa es considerada por muchos como una falta extrema de inhibición. Nada más lejano de los flemáticos británicos que se abrochan la camisa hasta el cuello o de los puritanos estadounidenses que se escandalizan ante unos senos desnudos. Sin embargo, pese a las liberales costumbres, aún en Alemania hay un lugar para todo y ciertas reglas que determinan que se puede hacer y dónde.
Comunicación corporal
¡Ni hablar! Uno puede desnudarse sin miramientos en el sauna, en los lagos, y hasta en los parques públicos. Adelante, en todos estos lugares, el turista atrevido podrá experimentar lo que se siente liberarse en público de toda envoltura. Nadie se fijará en un vientre rollizo ni en unas piernas con celulitis. Uno es como es.
¿Pero se puede hacer lo mismo en una céntrica calle? No, en ese caso lo mejor es llevar ropa puesta, aunque por poca sea una mera formalidad. Esa sutil diferencia no fue percibida por un despistado turista estadounidense, que aparentemente había mal entendido las costumbres de la sociedad alemana, cuando se trata de ponerse el traje de Adán o Eva.
Hace unos días, cuando las temperaturas alcanzaron nuevamente los 30 grados Celsius, el hombre de 41 años se quitó despreocupadamente la ropa, la metió en su mochila y siguió su camino a través de las céntricas calles de Núremberg, una conservadora ciudad de Baviera.
Una aventura costosa
Pensó tal vez que sería lo apropiado, aunque no había por ningún lado una señal que alertara de una zona nudista o algún indicio de que uno podría deambular como llegó al mundo. Porque por más liberal que sean los alemanes no hay en las ciudades zonas reservadas para nudistas.
Los parroquianos locales alertaron conmocionados a la policía que aprehendió al sorprendido turista. Los guardianes del orden público confirmaron que el hombre no estaba borracho ni bajo el influjo de alguna droga, pero cuál no sería su sorpresa al declarar el turista que creía que en Alemania andar desnudo era lo más natural.
"Hemos tenido altas temperaturas últimamente, pero pese a ello no podemos tolerar algo así", dijo el portavoz de la policía a periodistas locales. El hombre tuvo que ponerse su ropa de nuevo y dejar 200 euros como depósito mientras la policía investigaba el caso.