El milagro del maíz tendrá que esperar
8 de diciembre de 2003La propuesta no alcanzó la mayoría necesaria y empató en el comité. Seis países apoyaron la iniciativa y otros seis la rechazaron mientras que otros, entre ellos Alemania, se desentendieron del asunto con su abstención.
Maíz milagroso
Expertos en seguridad alimentaria de los países miembros se reunieron en Bruselas para decidir sobre el permiso para cultivar y exportar maíz genéticamente tratado del tipo Bt-11 en la comunidad. El maíz Bt-11 está mejorado con una proteína natural que se halla en la tierra (bacillus thuringiensis) y que protege a las plantas de plagas de insectos como el taladro del maíz. Se considera que el uso de maíz transgénico puede reducir la pérdida estimada de un 9 por ciento de la cosecha global a causa de plagas y rebajar a la mitad el uso de pesticidas, entre otras ventajas.
La empresa suiza Syngenta, fabricante de la semilla, tendrá que esperar por lo menos otros tres meses para lograr el permiso. La Unión Europea (UE) impuso una prohibición a la semilla que rige desde 1998 y ésta quedará en vigor hasta que haya una ley que regule el comercio de productos transgénicos. A principios de noviembre, comenzó la iniciativa legislativa en Bruselas para regular el comercio dentro de sus límites territoriales, añadiendo regulaciones especificas, como el seguimiento o la descripción en el envase de "producto genéticamente tratado". A falta de la decisión del comité, la propuesta de ley pasa directamente a la competencia de la Comisión de Agricultura. Los ministros de la UE tendrán un plazo de 90 días para estimar o desestimar la propuesta.
Con la oposición de EEUU
La prohibición de la UE afecta sobre todo a EEUU. Por esta razón, el gobierno de Washington, junto con el de Canadá y Argentina, puso una querella contra Bruselas ante la Organización Mundial del Comercio. EEUU acusó a la UE del bloqueo del maíz y esgrimió la razón de la importancia de estos alimentos para paliar el hambre en el mundo. Sin embargo, un permiso otorgado iría en contra de la opinión de los consumidores en Europa, donde se estima que la oposición a los productos modificados genéticamente (GMO) supera el 70 por ciento, y desalienta a muchos supermercados a almacenar productos modificados.
La "seguridad pública" más segura
En Alemania, la decisión del comité de seguridad en los alimentos se recibió con agrado por parte de la mayoría. Sobre todo por parte de la ministra de Consumo, Renate Künast, de los Verdes, porque consideró que todavía queda mucho por experimentar con estos productos antes de que entren al mercado. El experto de la democracia cristiana (CDU), Helmut Heidrich, rebatió su opinión a la ministra manifestando que desde hace años entran toneladas de maíz y soja que ya han sido tratados. La portavoz de agricultura del grupo parlamentario de los Verdes, Ulrike Höfken, recibió con optimismo la noticia. "Las grandes preguntas de la coexistencia, la responsabilidad y los límites en las semillas no están aclaradas todavía" dijo la ministra. La asociación ecologista Amigos de la Tierra, calificó la decisión como una victoria para la seguridad pública.
El debate sigue adelante y la legalización del comercio de productos transgénicos dentro de la comunidad queda para el próximo ejercicio, esperando una normativa detallada, que determine sobre todo las responsabilidades, en defensa del consumidor.