Escepticismo en Estonia por entrada del euro
29 de diciembre de 2010“Mi abuelo ha vivido el cambió de ocho monedas. Tres durante la revolución, la corona en los años 20, la moneda en la época de la ocupación nazi, diferentes rublos en la Unión Soviética, otra vez la corona estonia desde 1992. ¡Y ahora el euro!”, dice Anti Poolamets. El historiador y jurista de Tallin es uno de los mayores opositores de la moneda común europea. Poolamets quiere conservar la corona, que para él es símbolo de independencia de su joven Estado.
La antigua república Soviética de Estonia fue reconocida como Estado independiente en 1991. “Quien entrega su moneda también entrega el poder”, dice Poolamets, quien organizó una campaña por internet en contra del euro. Según sus cifras, las encuestas demuestran que los estonios también rechazan la adopción del euro como moneda única. Por ello, el Gobierno debería esperar primero a ver si el euro puede recuperarse de la crisis en la que se encuentra.
Corona dependiente
Anti Poolamets también es conocido en el ministerio de Finanzas, aunque no muy querido. El ministro Jürgen Ligi no se cansa de criticar minuciosamente los argumentos del adversario del euro. “La corona estonia nunca fue una moneda independiente”, dice Ligi. “Al comienzo estuvo vinculada al marco alemán y luego al euro. En 18 años nunca variamos la tasa de cambio. Los alemanes y la eurozona fortalecieron nuestra política monetaria, y así nos ha ido muy bien”.
De acuerdo con el ministro Ligi, la inclusión del euro como moneda corriente es sólo un pequeño paso que demuestra a los inversionistas que Estonia cumplió con sus tareas financieras.
La deuda pública estonia es la más baja de toda la Unión Europea (UE). Luego de un desplome debido a la crisis del 2008 y 2009, la economía del “tigre báltico” vuelve a repuntar. Los balances fiscales fueron consolidados. La inflación, que evitó la adopción del euro en el 2007, se encuentra ahora por debajo de la cifra requerida del dos por ciento anual.
Jürgen Ligi decoró la fachada del ministerio de Finanzas con un cartel gigante de la moneda de la eurozona. “El euro será por muchos años la moneda de Estonia. Dado el caso, también estaríamos dispuestos a contribuir razonablemente al fondo de rescate del euro para Estados en problemas”, dijo Ligi en entrevista con Deutsche Welle. Desde el 1 de enero de 2011, el ministro de Finanzas estonio se sentará a la mesa en igualdad de condiciones con los ministros de los restantes 16 países de la zona euro, y representará a los 1,3 millones de estonios en Bruselas.
La novia enferma
Los estonios aún no se acostumbran al euro. “Las monedas son muy grandes, pesadas, incómodas”, dice un taxista. Hasta ahora, la moneda estonia se encontraba sobre todo en billetes a una tasa de cambio de 15 coronas por un euro. “Debido a la cantidad de monedas de centavos y de euro tendré que comprar otra billetera y otra cajilla para guardar el dinero”, dice el taxista.
Aunque ahora la estudiante Evelyn Tamm no necesitará cambiar coronas por euros en sus viajes por Europa, le es difícil hacer la conversión mental del cambio de tasa. “Vamos a ver si en un par de meses dejo de hacerlo, como le sucedió a mi mamá en la transición del rublo a la corona”, dice Tamm.
Para la gerente de comunicaciones Maris Hellrand de Tallin las monedas no son el problema. Al fin y al cabo en Estonia se paga casi todo con tarjeta de crédito. De frente a la crsis del euro la pregunta que se debe hacer es si fue una decisión correcta “casarse con la novia enferma”, dice Hellrand. Ella cree que debido a la adopción del euro el costo de vida se disparó en otoño de 2010. El ministro de Finanzas estonio, sin embargo, responsabiliza a los mercados mundiales del alza de los precios en los alimentos y de la energía.
¿Euro más costoso?
En la misma direccón opina Michael Stenner, miembro de la Cámara de Comercio Estonio-Alemana en Tallin, y dice que el Gobierno obró de forma transparente en la adaptación de los precios al euro. A diferencia de lo que sucedió en Alemania en el 2002 con la introducción de la moneda, en Estonia no habría alzas en los precios de los hoteles y restaurantes, dice el también gerente de un hotel de lujo en la parte antigua de Tallin.
De acuerdo con Stenner, el comercio entre Estonia y la eurozona no se disparará. Pero gracias a la adopción del euro ya no serán necesarias las complicadas transacciones bancarias, lo que facilitará el comercio. El país báltico se presenta ahora a los inversionistas más fuerte que sus vecinos Lituania y Letonia, agobiados por la crisis financiera y económica. “En el 2011 tenemos dos grandes eventos en Estonia: la adopción del euro y Tallin será la Capital Europea de la Cultura. Esto nos podría traer más turismo y visitantes”, concluye Stenner.
Autor: Bernd Riegert / Cristina Mendoza Weber
Editor: Enrique López