Eurocopa: un torneo de colección
11 de mayo de 2016La empresa Panini, dueña de los derechos de los productos coleccionables de la Eurocopa desde hace 10 ediciones del torneo, escogió a la selección alemana en enero pasado, mucho antes de que el entrenador Joachim Löw decidiera a qué jugadores llevaría a Francia.
Por eso en el álbum aparecen como integrantes de Alemania los cromos de Ilkay Gündogan, quien por lesión se perderá el torneo, y Bastian Schweinsteiger y Julian Draxler, cuyo estado de salud aún no permite saber si tomarán parte en la Eurocopa. Los expertos de Panini en Modena, Italia, corren siempre el riesgo de equivocarse pero, pese a adelantarse tanto a los seleccionadores nacionales, históricamente su cuota de aciertos en muy grande.
Por lo menos el 85 por ciento de los futbolistas que aparecen en los álbumes terminan participando en la Eurocopa. Esta es quizás una de las razones por las cuales los aficionados se gastan millones de euros coleccionando los cromos de las selecciones que van a los grandes campeonatos internacionales, sea este un Mundial, una Eurocopa, o una Copa América.
¿Cuánto cuesta llenar el álbum?
El profesor de matemáticas de la Universidad de Cardiff Paul Harper, consultado por el diario inglés The Mirror, calculó que con mucha, muchísima suerte, un coleccionista invierte mínimo 100 euros llenando un álbum. 95,20 euros, para ser más exactos, si compra 136 paquetes de cromos y ninguna figura le sale repetida, lo cual le permitiría completar las 96 páginas y los 680 espacios del álbum.
En esta Eurocopa, según Harper, la verdad es otra. Los coleccionistas que completen el álbum se gastarán en promedio un poco más de 520 euros. El mercado de Panini, que empezó en un kiosco en las calles de Modena, es millonario. La idea de los cromos, que nació con las fotos de los futbolistas de la liga italiana en los años 60, ahora tiene al mundo entero gastándose el dinero en la colección de figuras.
Como la mayoría de los aficionados no logra completar el álbum, Panini ofrece al final del evento hasta 50 cromos por comprador en venta individual a 20 centavos de euro cada una, más tres euros por costos de envío. En Alemania, el mercado más importante de los 100 en los que se comercializa el álbum de la Eurocopa, se han roto récords de venta internacional.
En el Mundial 2006, cada residente en Alemania compró en promedio dos paquetes de cromos del álbum Panini. En aquel entonces en el país se vendieron un total 160 millones de paquetes, y en la Eurocopa del 2012 casi 80 millones. Para entender las dimensiones del mercado alemán basta observar que en Suiza en el 2006 se vendieron 55 millones de paquetes, y en Austria, en la Eurocopa 2008, 25 millones.
En todo el mundo
En Latinoamérica los dos últimos álbumes de Panini que han circulado son los del Mundial Brasil 2014, y el de la Copa América 2015, que contó con 48 páginas y muchas láminas especiales con las ciudades y los estadios sedes de los partidos, así como las de los escudos de las selecciones, que fueron los más difíciles de conseguir, tanto como lo es hasta ahora la foto de grupo de la selección alemana. Ese es el cromo más cotizado en las diferentes bolsas de intercambio que existen en Internet, donde también se afirma que las figuras menos valiosas son las de los jugadores belgas Jan Vertonghen y Marouane Fellaini, cuyas fotos salen frecuentemente repetidas en los paquetes.
La pasión alrededor del mundo por los cromos de Panini es tal, que cuando los álbumes salen al mercado se forman de inmediato clubes de coleccionistas y se crean concursos sobre quién llena primero el suyo. En Latinoamérica el boliviano Nicolás Costas ostenta el récord. Él, en apenas cuatro días, llenó el del Mundial 2010.
Curiosamente el álbum del Mundial 2014 tuvo menos figuras que el actual de la Eurocopa 2016: 640 contra 680. Sea como sea, lo cierto es que un torneo internacional de fútbol empieza de verdad cuando la fiebre de los cromos se toma las calles de los diferentes países. La influencia de Panini es tan grande que hay quienes sostienen que jugador que no está en el álbum es como si no hubiera participado en el torneo. El arquero argentino del Mundial 1990, Sergio Goycochea sabe qué es eso.