Europa apuesta por el vehículo ecológico para salir de la crisis
19 de noviembre de 2008La Unión Europea no dejará en la estacada a la industria automovilística del continente. Habrá ayudas específicas para las empresas del ramo y se apoyarán las medidas que el gobierno alemán tome para rescatar a Opel. Así se desprende de la intervención del comisario europeo de Industria, Günter Verheugen, este martes ante el Parlamento Europeo.
Para la Comisión Europea, el sector automovilístico es "clave" en la UE, porque emplea a 12 millones de trabajadores y tiene un gran impacto en otros sectores. Teniendo en cuenta que 2008 acabará con un descenso en las ventas de alrededor de un millón de vehículos y para 2009 no se espera que las cosas vayan a mejorar, Bruselas ha decidido ponerse manos a la obra.
Opel: "medidas extraordinarias para un caso especial"
El ejecutivo comunitario, sin embargo, quiere que quede claro que Opel es un caso aparte. Así lo ha asegurado Verheugen en su discurso ante el pleno de la Eurocámara. Para el comisario de Industria, la "situación financiera muy preocupante" que vive Opel no ha sido causada por problemas en la gestión o por la mala calidad de los vehículos que fabrica. Al contrario, ha subrayado que la empresa ha realizado "enormes esfuerzos" y "ha invertido mucho en modernas tecnologías".
Para Verheugen, la situación que atraviesa el fabricante germano se debe exclusivamente a la actuación de General Motors, la casa matriz en Estados Unidos. Es por ello que Bruselas no debe dejar que los paguen sean los trabajadores ni la industria auxiliar que depende de los pedidos del fabricante en la UE. El responsable de Industria europeo ha sido contundente a la hora de cerrar la puerta a la posibilidad que las soluciones que Alemania acuerde para Opel sean extensibles a otras empresas del ramo: "son circunstancias extraordinarias, que no se aplican a otros fabricantes de coches en Europa, y que justifican medidas extraordinarias".
Eso sí, medidas que no incluyen subvenciones bajo ningún concepto. El comisario, precisamente también alemán, aseguró que el gobierno de su país está estudiando conceder un aval a la empresa para garantizar sus necesidades de liquidez. Unas necesidades que podrían rondar los 1.300 millones de euros para 2009 y 500 millones para 2010. De momento, el ejecutivo alemán se ha dado de margen hasta finales de año para tomar una decisión al respecto. Más rápido ha sido el gobierno del estado federado de Hesse, donde se encuentra la principal planta de Opel. El gabinete regional pondrá a disposición del fabricante un aval de 500 millones de euros.
Oportunidad para impulsar los vehículos ecológicos
Opel al margen, la crisis afecta al sector de la automoción en bloque. Es por eso que el ejecutivo comunitario se dispone a diseñar un plan de choque a nivel europeo. Las medidas se anunciarán el próximo 26 de noviembre, en el marco de la presentación del plan de recuperación económica que la Comisión Europea está elaborando y que incluirá un paquete específico para el sector automovilístico.
De momento, el comisario de Industria ya ha avanzado las principales líneas de ayudas destinadas a la industria del automóvil. Habrá incentivos fiscales para impulsar la demanda de vehículos poco contaminantes. Aunque la medida debe tomarse a nivel nacional, el Ejecutivo comunitario quiere impulsar un enfoque coordinado. Por otro lado, el Banco Europeo de Inversiones (BEI) propondrá a los ministros europeos de Finanzas aumentar su volumen de préstamos de 10.000 a 15.000 millones de euros anuales. Una parte de los créditos iría a parar al sector automovilístico. Lejos, sin embargo, de los 40.000 millones que exige el sector.
"Medidas precisas y temporales"
Eso sí, como se encargó de dejar claro el secretario de estado francés de Asuntos Europeos, Jean-Pierre Jouyet, cualquier tipo de ayuda debe ser aprovechada, en la actual coyuntura, para aplicar mejoras tecnológicas y promover la fabricación de coches más ecológicos. Además, Jouyet subrayó que las ayudas públicas que cada Estado miembro decida aplicar no deben en ningún caso distorsionar la competencia y debe tratarse de "medidas precisas y temporales".
Lo que la UE no está dispuesta a hacer, en cualquier caso, es a quedarse de brazos cruzados ante las ayudas que el gobierno de Estados Unidos pueda llegar a aprobar para rescatar a la maltrecha industria del motor en aquel país. De momento, los tres mayores fabricantes -Ford, General Motors y Chrysler- ya han solicitado al Congreso una inyección económica por valor de 25.000 millones de dólares.