Europa: batalla contra la abstención electoral
9 de junio de 2009Luego del resultado de los comicios del domingo, que supuso una debacle para el socialismo europeo, en Alemania se debaten medidas para evitar la abstención ciudadana a la hora de elegir mandatos para la Unión Europea.
Sólo un 43,55 por ciento de los europeos fue a las urnas, menos aún que en 2004, cuando se produjo un récord negativo de 45,5 por ciento. Esto se tradujo en un paso al frente de los partidos conservadores. También aumentaron las bancadas de los partidos de extrema derecha y los euroescépticos, lo que causa alarma en Bruselas. Los analistas atribuyen el desinterés a la creciente preocupación por la crisis económica, y en Alemania, donde la participación aumentó ligeramente, llegando a un 43, 3 por ciento, se discute aplicar medidas como la votación directa del presidente de la UE para darle mayor atractivo.
Abstinencia: ¿contra la UE o contra Barroso?
Actualmente se elige al presidente de la Comisión Europea de manera indirecta. Jose Manuel Durao Barroso, el actual presidente, acaba de ser nombrado oficialmente candidato a la presidencia de la Unión Europea, luego de haber manifestado su interés por asumir un segundo mandato de cinco años. Al finalizar una reunión con el primer ministro checo, Jan Fischer, quien es a su vez presidente de turno del Consejo de la UE, Barroso dijo que "se siente honrado (...)".
"Creo que en tiempos de crisis necesitamos una Comisión fuerte y una Unión Europea fuerte", afirmó Barroso al término de la reunión. La decisión sobre si Barroso será quien lidere la Comisión Europea durante los próximos cinco años se tomarán en la cumbre de la UE, a realizarse el 18 y el 19 de junio.
Según el periódico francés “Le Monde”, “si los europeos quisieron castigar la ausencia de las instituciones europeas en la crisis económica, se equivocaron de objetivo. No es el Parlamento quien tiene la culpa, sino el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso”.
Durao Barroso podría permanecer otros cinco años en el cargo ya que pertenece al grupo mayoritario en la Eurocámara, el Partido Popular Europeo (PPE), que tiene 267 eurodiputados sobre un total de 736 escaños. Sin embargo, el PPE no cuenta con la mayoría absoluta y necesitaría una alianza con otros partidos para obtener la mayoría.
¿Voto obligatorio en Alemania?
Las reacciones a la alta abstención del electorado no se hicieron esperar en Alemania. El ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, del Partido Demócrata-Cristiano (CDU), dijo al periódico alemán “Bild” que “se generaría una mayor atención en toda Europa si se tratase de elegir a quien regirá la Unión” refiriéndose a su propuesta de que los europeos voten directamente al presidente de la UE.
El diputado de los demócrata-cristianos Elmar Brok propuso que “los partidos hagan campaña por su candidato a presidente de la UE por toda Europa, y éste debería ser elegido luego por la mayoría del nuevo Parlamento”.
Otros, como Dieter Wiefelspütz, del Partido Socialdemócrata (SPD) exigen “pensar en una votación por Internet”, y un diputado del mismo partido, Jörn Thießen, cree que hay obligar a la gente a participar. “Los políticos debemos votar en el Parlamento, y eso se le puede pedir también a los ciudadanos. El que no va votar, que pague 50 euros de multa. Una democracia sin demócratas no funciona”, critica Thießen.
La imagen de Europa como espacio político no está demasiado presente en la vida pública nacional, si bien muchas decisiones que afectan al ciudadano se toman a nivel europeo. Por ello, el debate sobre la obligatoriedad del voto vuelve a abrirse. La desafección por ir a las urnas fue notablemente mayor en los países en donde el voto no es obligatorio. En Bélgica, donde sí lo es, un 90 por ciento de la ciudadanía fue a votar a sus eurodiputados. Como contraste, en Eslovaquia, donde no existe la obligación de ir a votar, sólo un 20 por ciento lo hizo.
Es evidente que los programas del conservadurismo europeo de cara a la crisis acabaron por convencer a quienes ven perderse las últimas esperanzas de mejora económica. Esto representa sin duda un peligro para Europa. Pero aún no está del todo claro por qué en tiempos de crisis económica se niega justamente la participación de voto a riesgo de que el estado de bienestar, que está bastante desmejorado termine por desaparecer, y que partidos de extrema derecha se aniden en la UE.
Si se quiere renovar el proyecto europeo con miras al futuro, urge que la ciudadanía tome conciencia de lo importante que es expresar la voluntad de voto. Para ello, no debería hacerse campaña sólo cuando se acercan las elecciones. También debería fomentarse más la imagen de una Europa unida y habría que explicar mejor a los ciudadanos el rol de la Comisión Europea.
Autora: Cristina Papaleo/ap, afp, dpa.
Editora: Emilia Rojas