Extremismo en Alemania: “Una vergüenza para nuestro país”
9 de julio de 2020La importancia que le da el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, al peligro de la extrema derecha se hace evidente en los minutos que dedicó a presentar el informe de la Oficina de Protección de la Constitución 2019 en Berlín, este jueves (9.07.2020). Más de 10 minutos habló Seehofer sobre los delitos e intimidaciones cometidos por miembros de la extrema derecha en Alemania. El ministro dedicó solo tres minutos a la amenaza de la extrema izquierda y del islamismo, pese a que el peligro islamista había estado en la mira de las autoridades de seguridad alemanas durante varios años.
Ahora, Seehofer dijo lo siguiente acerca de los cerca de 22.300 delitos de extrema derecha cometidos el año pasado, un aumento del 10 por ciento en comparación con 2018: “La extrema derecha es hoy la mayor amenaza para la seguridad en Alemania. Eso no ha cambiado. Por el contrario, el número de delitos y la cantidad de miembros de la extrema derecha que muestran disposición hacia la violencia ha vuelto a aumentar”. La extrema derecha alemana es, sobre todo, antisemita. “Más del 90 por ciento de los delitos relacionados con el antisemitismo provienen del extremismo de derecha. Eso es una vergüenza para nuestro país”, subrayó el ministro.
La pandemia es utilizada por teóricos de la conspiración
El ministro alemán del Interior advirtió explícitamente sobre grupos como los Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), que atizan al sector marginal con tendencias violentas con su crudos planteos ideológicos, y que en los últimos meses hallaron un enfoque totalmente nuevo para propagar sus teorías conspirativas. “Usan la pandemia y las medidas restrictivas por parte del Estdo para propagar su narrativa conspirativa”, dijo Horst Seehofer, sin olvidar mencionar el ala de extrema derecha del partido Alternativa para Alemania (AfD), entretanto ya desarticulada, es decir, el grupo extremista en torno al jefe de fracción en Turingia, Björn Höcke. En 2018 no se mencionó a ese ala del AfD ni a una organización juvenil de ese partido en el informe de la Oficina de Protección de la Constitución (OPC). Ahora, Seehofer estima que el número de seguidores de esos grupos llega a unas 7.000 personas, un porcentaje nada pequeño del total del potencial de la extrema derecha en Alemania, con más de 32.000 simpatizantes, de los cuales 13.000 son considerados como violentos.
El motivo principal del aumento del número total de extremistas de derecha es la contabilización de los seguidores de la AfD. Para el presidente de la OPC, Thomas Haldenwang, está claro que los representantes de las agrupaciones de la AfD de extrema derecha en el Parlamento son peligrosos enemigos del Estado de derecho. Haldenwaag, sentado junto a Seehofer, dijo: “Se trata de extremistas de derecha, eso está bien claro”.
Extremistas de izquierda cambian su estrategia
La violencia de extrema derecha está claramente en la mira, aun cuando los actos violentos de la extrema izquierda aumentaron hasta un 40 por ciento en 2019, año en el que se registraron en total 6.400 delitos de esa naturaleza. Seehofer aclaró también el cambio que se produjo en las formas de violencia de la extrema izquierda: “En lugar de actos violentos relacionados con protestas, en los últimos años se han producido cada vez más delitos planeados en secreto y llevados a cabo, en parte, por grupos pequeños. En especial, se ha observado una disminución constante de la inhibición para cometer actos violentos durante la confrontación directa con el adversario político, o con representantes del Estado”.
También los 650 islamistas sospechosos de querer atentar contra la seguridad del país siguen siendo un peligro potencial. Seehofer subraya al respecto la importancia de haber prohibido a la organización islamista Hezbolá en Alemania, a finales de abril de este año, luego de una larga vacilación. “No podemos aceptar que en nuestro país haya organizaciones activas que cuestionen la existencia del Estado de Israel”, dijo el ministro.
“El umbral de la violencia está disminuyendo en todo el mundo”
Thomas Haldenwang es presidente de la Oficina de Protección de la Constitución desde noviembre de 2018. Desde entonces, los servicios secretos internos han admitido haber tenido una actitud vacilante ante el extremismo de derecha en Alemania. A Haldenwang le preocupa ahora, sobre todo, el salto numérico de los que están dispuestos a cometer actos violentos en todas las agrupaciones extremistas. Si anteriormente todo quedaba en protestas y amenazas, la barrera que separa de la violencia se traspasa ahora más a menudo.
El asesinato del político Walter Lübcke, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), en el verano boreal de 2019, presuntamente cometido por un miembro de la extrema derecha, y el ataque fallido a una sinagoga en la ciudad de Halle, que dejó vìctimas mortales en octubre de ese año, son dos hechos clave para Haldenwang: “Hablo de extremistas de derecha que ejecutan a políticos, y que quieren un baño de sangre en una sinagoga. Hablo de la nueva extrema derecha, que quiere privar de la dignidad humana a determinados grupos de personas y legitimiza la violencia contra ellos. Hablo de la extrema izquierda que pisotea a un policía que yace en el suelo hasta casi matarlo”.
Seehofer no quiere estudios sobre la Policía
También este jueves, Seehofer fue confrontado con su negativa a realizar un estudio sobre la magnitud de las tendencias racistas en la Policía alemana. Un estudio de ese tipo es requerido, por ejemplo, por la ministra alemana de Justicia, Christine Lambrecht, del Partido Socialdemócrata (SPD). Seehofer considera que puede representar una “estigmatización de ciertos grupos”. En este caso, el de la Policía. El ministro, que pertenece a la Unión Social Cristiana (CSU), quiere que se lleve a cabo hasta septiembre de 2020 un estudio que incluya las posibles tendencias racistas en todos los organismos de seguridad de Alemania.
Más tarde también deberán realizarse investigaciones en otras áreas del sector público. Pero eso no suavizará las críticas que le llueven al ministro del Interior alemán por no haber aprobado un investigación especial sobre los posibles errores cometidos por la Policía de este país. Sin embargo, Seehofer se lo toma con calma. Según él, las decisiones de los ministros del Interior siempre son objeto de controversia, y no se trata de si luchar contra el extremismo en el sector público, sino del modo en que se lleva a cabo esa lucha.
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