Formación dual: la experiencia mexicana
27 de julio de 2016Deutsche Welle: Señor Müller, recientemente la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (CAMEXA) calificó de éxito la formación profesional dual en México. ¿Por qué?
Andreas Müller: Para nosotros es un éxito que se haya logrado juntar el sector privado con el público, es decir con el gobierno. Y es que, en muchos otros casos a nivel mundial, no funciona la implementación de la formación profesional dual porque el gobierno trata de impulsar el proyecto, pero el sector privado no se involucra.
¿Cuándo surgió la formación profesional dual en México?
La formación profesional dual existe desde hace tiempo en México. El Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), por ejemplo, es uno de los subsistemas más importantes de la formación profesional en México. Creo que hace poco tiempo celebró sus treinta años. La gran diferencia es que es sobre todo una formación escolarizada, y no dentro de una entidad empresarial. Desde hace mucho tiempo hay también empresas alemanas en México que ofrecen una formación dual. Un gran ejemplo es el instituto de Volkswagen, que hace poco celebró sus cincuenta años. Tienen mucha experiencia en la implementación de la formación profesional dual, porque saben de primera mano cómo funciona en Alemania, pero nunca han trabajado con una institución educativa mexicana. Lo nuevo ahora es que estamos logrando unir el sector privado con el sector académico aquí en México.
¿Qué virtudes y carencias tiene el proyecto en México?
Una de las virtudes es que hay una apertura hacia las empresas. Hasta ahora las empresas no se habían involucrado realmente. Como consecuencia, en México hay una gran falta de técnicos. El país es bueno para formar ingenieros. En México se gradúan más o menos 100.000 ingenieros al año. Es una cantidad muy alta, por arriba de muchos países europeos. En Alemania, por ejemplo, se gradúan unos 40.000 al año. Pero, aparte de estos 40.000 ingenieros, tenemos en Alemania unos 40.000 técnicos, fruto de la formación profesional dual, y eso es algo que falta completamente en México.
Entonces, cuando los ingenieros salen de las universidades, las empresas los contratan para hacer trabajos técnicos. La expectativa de los jóvenes es otra. Ellos quieren trabajar como ingenieros, pero su formación muchas veces no es suficientemente buena para este tipo de trabajos. Entonces, lo que los jóvenes encuentran en el mercado laboral son trabajos técnicos, pero no están preparados para ellos. Hay una brecha en el mercado laboral y otra gran brecha entre las expectativas de los jóvenes cuando llegan al mercado laboral y la realidad de éste, que demanda muchísimo de los técnicos.
¿Cómo piensan fortalecer el sistema de formación profesional dual en México?
Nuestro enfoque consiste en traer estándares de competencia alemanes y explicar a las empresas cómo hacer una formación efectiva. Nosotros tenemos una herramienta básica, un llamado plan de rotación. Se definen puestos de aprendizaje con sus objetivos, quién es el responsable de transferir conocimiento, cuáles conocimientos tienen que ser transferidos. La empresa se compromete a cumplir ciertos estándares, y hay herramientas sistémicas para ello. Nosotros, como Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria, hemos formado a cerca de 500 expertos en la transferencia de conocimientos. Ese es otro factor clave: dentro de las empresas debe haber personas que puedan transferir conocimiento.
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¿Cuántas empresas alemanas y mexicanas participan en el proyecto?
La mayoría de las empresas que participan en el modelo de formación dual mexicano no son alemanas, sino internacionales o mexicanas. De entre las mexicanas destacan, por ejemplo, el Grupo Alfa con la empresa Nemak, que tiene ya unos 70 educandos dentro de sus instalaciones en Saltillo y Nuevo León. Pero también participan empresas internacionales como General Motors y Chrysler. La empresa alemana más grande es Siemens, pero hay otras como EuWe Eugen Wexler, una mediana empresa son sede en el estado de Tlaxcala. En total participan unas 150 empresas. Tenemos más o menos 1.500 educandos dentro de las empresas. Y nuestra meta es llegar a 3.000 este año.
¿Qué queda por hacer?
Estamos terminando el proyecto piloto que arrancó en 2013. Ahora nos queda recabar todas las experiencias que hemos tenido, tanto buenas como malas. Estamos hablando del modelo de formación profesional dual mexicano 2.0, pero debemos llegar al siguiente nivel para que el proyecto crezca. Ese es el gran reto.
Usted ha mencionado a los actores técnicos. ¿Hay otros sectores económicos que también pueden entrar en este programa?
Arrancamos con seis carreras, de las cuáles tres son exclusivamente tecnológicas: la mecatrónica, electromecánica y máquina herramienta. Y también tenemos otras tres carreras: hospitalidad turística, informática y administración. El sector turístico tiene un enorme potencial aquí en México y es un apoyo importante al Producto Interno Bruto. En ese sentido, queremos enfocarnos mucho en el sector de turismo.
¿Qué puede aportar México a Alemania en materia laboral?
En México los trabajadores tienen muchas ganas de trabajar y son muy habilidosos. La manera de organizar y procesar el trabajo de los alemanes es muy eficiente. Si juntamos nuestros procesos de producción con la mano de obra mexicana, el resultado son unos niveles de productividad muy altos. La conjunción de estos dos factores ayuda a surtir al principal mercado mundial, Estados Unidos.
¿Cuáles han sido las principales ventajas e inconvenientes a la hora de implementar la formación profesional dual en México?
Una complicación es la implicación de muchas instituciones en el proyecto que nunca antes habían colaborado. Hay fricciones entre las empresas privadas y el sector educativo de las que tenemos que aprender. Es natural que surjan complicaciones. Por eso, en ciertas ocasiones hemos tenido que renunciar a implementar al 100 por ciento la metodología que habíamos planteado al principio. Nos alegramos de que salgan adelante los proyectos, a pesar de que algunas veces tenemos que dejar de lado algunos puntos esenciales.
Entre las buenas experiencias destacaría el crecimiento que hemos observado en los jóvenes que trabajan en empresas que forman parte del programa. Tener experiencias y expectativas laborales, así como sentirse útiles es la mejor experiencia para ellos.
Andreas Müller es vicedirector de la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria (Camexa).