Fracaso en la OMC
2 de julio de 2006Los principales negociadores de la Organización Mundial del Comercio (OMC), ante su incapacidad para conciliar posiciones, coincidieron en aplazar hasta fin de julio sus decisiones sobre la Ronda de Doha y mientras tanto poner en marcha un nuevo método de negociación, que encomendaron al director general de la institución, Pascal Lamy.
Los países pidieron a Lamy que sea el "catalizador" de los contactos a establecer en las próximas semanas para sacar a la Ronda de Doha de la crisis. Más de 60 ministros de los 149 países de la OMC participaron en esta fracasada reunión sobre la Ronda de Doha, en la que intentaban determinar las cifras y fórmulas para aplicar rebajas arancelarias a las importaciones de bienes agrícolas e industriales.
Los países de la OMC negocian desde hace casi cinco años esa Ronda, que busca profundizar en la liberalización de los intercambios comerciales en agricultura, industria y servicios y que los principales beneficiarios sean los países en desarrollo. El futuro de la negociación de la Ronda está en manos de EEUU (que debe reducir las ayudas internas que concede a sus agricultores), de la Unión Europea (UE) (que tiene que bajar los aranceles a las importaciones agrícolas) y del G-20, formado por países emergentes liderados por Brasil e India, y que debe facilitar el acceso a sus mercados industriales.
Este fracaso se suma al de abril pasado, cuando los países igualmente fueron incapaces de ponerse de acuerdo y pospusieron a este fin de semana sus decisiones. La idea era disponer de julio para terminar la negociación relativa a los servicios, a lo que se sumará todo lo no logrado hasta ahora.
Esperanza
"No hemos hecho progresos. Hay que admitirlo, pero creo que no es insuperable. Es una crisis, pero parece manejable, y todavía no hay pánico", indicó Lamy, que explicó que en las próximas semanas entablará intensivos contactos diplomáticos en busca de un arreglo.
El director general de la OMC admitió que ese papel de mediador y catalizador "implica sus riesgos, lo sé, pero si no creyera en la posibilidad real de conseguir un acuerdo a tiempo y salvar las diferencias existentes, no habría asumido este encargo'".
Una de las posibilidades apuntadas para salir de la crisis fue lograr el impulso político de las mayores potencias, que como Grupo de los Ocho (siete países más ricos y Rusia) se reunirán a mediados de julio en San Petersburgo, pero Lamy dijo que, por el momento, no ha sido invitado a ese foro, en el que tampoco están todas las grandes potencias comerciales.
Negando el fracaso
"No ha sido una reunión exitosa, pero tampoco un desastre", dijo el comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, mientras que la Representante de Comercio de EEUU, Susan Schwab, consideró que "este parón no significa que la Ronda de Doha esté muerta".
Sin embargo, el ministro de Industria indio, Kamal Nath, uno de los más críticos con los países ricos y que regresó a su país sin esperar al fin de la reunión, insistió en que "no había necesidad' de ocultar que la reunión de Ginebra 'ha sido un fracaso". Nath señaló que vino a Ginebra "para negociar de comercio. De subsistencia y de seguridad, no negocio; ni siquiera nos tenían que haber preguntado", en referencia a los 650 millones de personas que en su país subsisten de la agricultura y a los que dañaría la liberalización de ese sector.
"Pensar en los pobres"
Pero dentro de la crisis surge también la oportunidad. Eso lo que opina la organización alemana "¡Justicia ahora - la campaña de comercio mundial!". Esta red de 36 organizaciones cree que ahora se ha despejado el camino para enfrentar de manera "innovadora y con coraje la pregunta de la justicia en el comercio internacional", explica la coordinadora de "¡Justicia ahora!", Susanne Luithlen.
La prioridad en estas negociaciones debería darse al derecho humano de tener acceso a alimentos, o bien, del cumplimiento de convenios medioambientales. "La seguridad alimentaria debe primar sobre intereses comerciales privados", exige Luithlen, y desea que esto logre "aceptación a nivel internacional".
Así, el fracaso de este fin de semana en Ginebra también abre una ventana de esperanza para las voces críticas. "La llamada ronda del desarrollo de Doha nació con el error de no considerar los intereses de la población empobrecida, ahora debe cambiar toda la orientación de las negociaciones", concluye Luithlen.
www.gerechtigkeit-jetzt.de