Huelga ferrocarrilera genera caos en la economía
8 de noviembre de 2007Con puntualidad alemana, exactamente a las 12 horas, el Sindicato de Maquinistas (GDL) comenzó hoy una huelga limitada en principio a 42 horas que afecta al transporte de carga, en medio de una disputa laboral que ya lleva semanas y en la que ninguna de las partes está dispuesta a ceder.
De acuerdo con el GDL, la huelga “comenzó bien”. Gerda Seibert, portavoz sindical, dijo el jueves (8.11.2007) por la mañana que muchos trenes no se han movido. No obstante, un balance definitivo de los efectos de la medida no se podrá realizar sino por la noche, ya que la “hora pico” del transporte de carga comienza en la tarde.
Cuántos de los 5.400 maquinistas participan de la huelga aún no está claro. Miembros del sindicato GDL son unos 2.200 maquinistas. De plegarse todos a la huelga, las consecuencias para los Ferrocarriles Alemanes (Deutsche Bahn) pueden ser desastrosas.
Tratándose de curar en salud, Deutsche Bahn ofreció en la tarde de ayer nuevas negociaciones al sindicato GDL, pero éste las rechazó por, en su opinión, faltar una nueva propuesta seria de la patronal. El problema para el GDL es que si continúa las negociaciones, por ley no puede realizar paros laborales.
Un sindicato combativo
El GDL exige, además de sustanciales mejoras salariales, un convenio colectivo propio, independiente del negociado con el resto del personal ferroviario. A ello Deutsche Bahn se ha negado hasta ahora terminantemente.
De acuerdo con el GDL, los trenes permanecerán en lo posible en los depósitos, sin bloquear ni vías ni estaciones. El servicio de transporte de pasajeros no será afectado. No así el sector económico, que teme desastrosas consecuencias, ya que la producción “justo a tiempo” moderna exige un continuo abastecimiento de partes de proveedores.
Además tampoco se podrán entregar a tiempo bienes terminados. Ello, amén de fuertes mermas en la facturación, puede generar a algunas empresas, por ejemplo del sector del automóvil, una seria pérdida de imagen. Por ello, la alarma en el sector privado es grande.
Cuán grande pueden ser las pérdidas nadie sabe hoy con exactitud. La Federación de la Industria Alemana (BDI) advirtió de los costos económicos de la huelga ferroviaria. “Una huelga de varios días puede llevar a que se paralicen muchas empresas. Las pérdidas para la economía serían inmensas”, dijo Jürgen Thumann, presidente de la BDI.
Difícil cifrar exactamente las pérdidas
No obstante, la patronal no osa realizar pronósticos. La razón: no se sabe todavía hasta qué punto la huelga ferrocarrilera no puede afectar también otros sectores de logística. El paro de los trenes puede generar por ejemplo embotellamientos en las carreteras, hacer que no se pueda cargar ni descargar mercaderías en los puertos y que se eche a perder mercadería perecedera. Los factores son demasiados como para poder mencionar ya hoy una cifra concreta.
La Federación de Puertos Marinos Alemanes, por ejemplo, ha declarado que no tiene las superficies necesarias para almacenar bienes, que, habiendo arribado por barco, no puedan ser trasbordados a trenes debido a la huelga. Casi una de cada tres toneladas de mercaderías que llegan a puertos alemanes es pasada a los rieles. En vista de ello, la Asociación de Armadores Alemanes anunció por su parte que planea redirigir buques puertos de países vecinos.
Según un pronóstico del Instituto Alemán de Investigaciones Económicas (DIW), sobre todo una huelga de más de tres días se convertiría en un problema mayor para las empresas. De acuerdo con estimaciones anteriores del DIW, una huelga en el sector de transporte de carga le cuesta a la economía unos 50 millones de euros por día.
Otras estimaciones son más radicales. Heinz Daehre (democristiano), presidente del Grupo de Ministros de Transportes, que reúne a todos los ministros del ramo de los diversos Estados federales alemanes, una huelga prolongada le puede costar a la economía una suma de tres dígitos de millones por día. Una huelga mayor llevaría en pocos días además a un “caos de tránsito en las calles”, dijo Daehre, que llamó al GDL y Deutsche Bahn a llegar a un arreglo por las buenas. Por ahora, en vista de las radicalizadas posiciones, no pasan de ser buenos deseos.