Krabat: ¿Un Harry Potter germano?
21 de diciembre de 2008El octogenario Otfried Preußler es uno de los escritores alemanes más famosos y exitosos en el área de cuentos y relatos infantiles. Sus libros para niños y jóvenes han sido traducidos a 250 idiomas y se han vendido más de 40 millones de veces en todo el mundo. Su primer éxito fue "Der kleine Wassermann", el hombrecito de agua, publicado en 1955. Después siguieron "Das kleine Gespenst", el fantasmita, "Die kleine Hexe", la pequeña bruja, y "Räuber Hotzenplotz" por nombrar sólo algunos.
De la basura a la pantalla
Desde hace unos días se puede ver la película "Krabat" en los cines alemanes. Es la versión fílmica de una antigua novela de Preußler, dirigida por Marco Kreuzpaintner y rodada en un solitario valle nevado de Rumania. La novela que presta su nombre a la cinta, ha sido traducida a 31 idiomas y ha ganado un sin número de premios literarios. El relato fantástico dirigido a jóvenes se publicó en 1971.
Su historia es casi tan fantástica como su contenido. Preußler había botado el manuscrito original a la basura. Un amigo y colega descubrió la obra en el papelero y convenció a la esposa de Preußler de salvar el texto. Una casualidad del destino casi mágica porque Krabat es sin duda la mejor obra del escritor y es considerada a su vez una de las mejores novelas dentro del género fantástico germano.
Poca magia y efectos especiales
Krabat, la película, transcurre en 1640 y nos narra la historia de un adolescente huérfano llamado Krabat que en épocas de la peste y las guerras interminables es atraído a un molino por un sueño y una voz interna que lo guían hasta allí.
En este molino no sólo se amasa pan. Se trata de una escuela de magia negra donde otros 11 muchachos se convierten en sus compañeros de clase. A pesar de que el trabajo en el molino es duro se convierte en su hogar. Pero sobre el molino pende una maldición. Cada año nuevo muere de manera misteriosa uno de los aprendices y es reemplazado por otro.
Krabat descubre que su mejor amigo no murió de manera accidental y descubre el secreto. El maestro del molino debe sacrificar cada fin de año a uno de sus discípulos para mantenerse joven y seguir viviendo. Al parecer ninguno de los muchachos puede escapar del molino y de su destino. No obstante Krabat no está conforme con esperar a la muerte y desafía al vetusto maestro para obtener su libertad y el amor de su amada.
Finalmente Krabat vence: el molino explota, el maestro muere y los adolescentes son liberados aunque esto implica también que ya no podrán transformarse en cuervos y volar por las llanuras puesto que han perdido sus poderes mágicos. En todo caso la película está exenta de exceso de efectos especiales, lo que no resta contundencia a la historia que entretiene a grandes y a chicos por igual.
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Lea la entrevista "Krabat: del papel a la pantalla" con Susanne Preußler-Bitsch, hija y coordinadora de Otfried Preußler.