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La ciencia creará deportista “dopado por la naturaleza”

jov12 de agosto de 2004

Antes de la inauguración oficial de los Juegos Olímpicos de Atenas, ya se registran los primeros casos de dopaje . Los métodos son cada vez más sofisticados. En un futuro los atletas serán programados por la ciencia.

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Wilhelm Schänzer, director del Instituto de Bioquímica de Colonia.Imagen: dpa

El ciclismo es un deporte de extremos. En carreras de fondo el pulso sube a 190 por minuto y tanto corazón como pulmones tienen que soportar una producción de energía 200 veces mayor a la necesaria en estado de calma. Muchos ciclistas generan 500 o más vatios contra el viento. Una persona no entrenada lograría la mitad. Un caballo de fuerza es necesario para acelerar después de las curvas.

A algunos funcionarios, comerciantes y deportistas no les basta empero el rendimiento logrado a través de duro entrenamiento físico y psíquico y se hacen ayudar por la química. En la era de la biología molecular los científicos buscan transformar en los atletas algo hasta ahora intocable: la herencia genética. ”El hombre no está hecho para funcionar como una máquina de alto rendimiento”, dice el director del Centro de Investigaciones Musculares, Bengt Saltin a la revista alemana Der Spiegel.

Decisiva capacidad coronaria

Nuestra constitución original es sólo para caminar tranquilamente. “Basta una mirada en el interior del cuerpo para ver que los perros y los caballos disponen de un corazón de doble capacidad en relación con la masa de sus cuerpos”, concluye Saltin. Estudios suecos y españoles en esquiadores han comprobado que “la capacidad coronaria está relacionada con el rendimiento”. Un corazón pequeño no desperdicia energia. Así que el fuerte del cuerpo humano es su economía. En etapas de montaña hay ciclistas que queman 9.000 kilocalorías, el triple de un deportista corriente. Pero esa energía corresponde a la combustión de un litro de gasolina, bencina o diesel. Un automóvil sólo podría recorrer con eso unas cuantas cuadras.

Las investigaciones de Saltin revelan empero una debilidad humana: las “débiles” contracciones del corazón. Por eso es que algunos deportistas elevan artificialmente su capacidad para transportar sangre inyectándose la hormona renal erythropoietina, más conocida como “epo”, y acelerar el flujo de hemoglobina y la producción de glóbulos rojos en la médula. Y como epo además de aumentar el transporte de oxígeno eleva la tolerancia a las lactosas, la consumen también otros deportistas, como los 10 futbolistas del Juventus Torino, campeón de campeones en Italia.

Epo: ¿la todopoderosa?

Quien quiera aumentar la hemoglobina también puede inyectarse sangre de reses, cerdos o artificial. El anatomista Hans Hoppeler, de la Universidad de Berna, afirma que así “puede aumentarse el rendimiento un 6%”. Pero no todos los psicólogos deportivos comparten la teoría de Bengt Saltin de que el corazón es un “freno del rendimiento”. Wolfgang Stockhausen resalta que “epo obra más que el aumento de glóbulos rojos”. La verdadera razón, según Stockhausen, por la que algunos deportistas toman epo es que “disminuye la acidificación”.

El biomecánico Ansgar Schwirtz, por su parte, afirma que “el cuerpo se adapta a la intesidad y velocidad de movimientos repetidos dirigido por las neuronas. Un cambio en la composición encimática sería un paso hacia una visión de la ingeniería genética: la construcción de deportistas con la inyección del gen epo encubierto en virus transportadores.