La Deutsche Telekom seguirá apostando por el ciclismo
9 de agosto de 2007Retirarse del ciclismo significaría echar por la borda todos los esfuerzos realizados en la lucha contra el doping, justificaba Christian Frommert, portavoz de la compañía T-Mobile, en conferencia de prensa. Tras 16 años auspiciando al deporte de la bicicleta, primero vistiendo al equipo con su propio nombre y luego cediendo el honor a la filial T-Mobile, la Deutsche Telekom no va a tirar la toalla, era el mensaje a transmtir.
“Queremos ayudar al ciclismo, que desde nuestro punto de vista se encuentra en un momento crítico, a volver a ganarse la confianza del público”, continuó Frommert. La empresa tiene mucho que agradecerle a su relación con este deporte.
El contrato con el equipo T-Mobile se cumplirá tal y como está firmado: hasta el 2010. Pero si vuelve a darse un solo caso más de dopaje, la Telekom se reserva el derecho a abandonar el ciclismo. La compañía invierte cada año en este deporte unos 15 millones de euros. A partir de ahora, los corredores tendrán que destinar una parte de su sueldo a un fondo para la lucha contra el doping.
Adiós a millones de clientes
Hace tiempo que el viento no sopla a favor de la Telekom, que se esfuerza con poco éxito por mantener la posición en el mercado que heredara un día de su antiguo monopolio. La competencia la oprime y, sobre todo en Alemania, la compañía telefónica pasa por malos momentos. En los últimos dos años y medio, la Telekom ha perdido más de cinco millones de clientes. Sólo durante los primeros seis meses de 2007, más de un millón de alemanes decidieron cambiar de operador.
Es la buena marcha de los negocios en el extranjero lo que impide un colapso en el consorcio alemán y el mercado exterior se ha convertido para la Telekom en el único punto de apoyo: sobre todo desde Estados Unidos, T-Mobile USA inyecta dosis de crecimiento. Pese a que la filial estadounidense no ocupa más que el cuarto puesto en el ranking telefónico del país americano, su influencia crece trimestre tras trimestre.
Abanderando el ciclismo limpio
Desde que las confesiones de ex corredores del equipo Telekom, como se llamaba entonces el grupo, comenzaron a llenar las páginas de los periódicos y las cadenas de televisión, el ciclismo empezó a enturbiar la imagen de la compañía: el dopaje no era un caso aislado, sino un sistema organizado en el que participaba desde el deportista hasta los médicos y los directores del equipo, aseguraban quienes decidieron romper con el silencio.
Las grandes estrellas que marcaron la historia del Telekom, quienes pedalearon por los triunfos a los que Frommert se refiere cuando habla de lo que la empresa le debe al ciclismo, como el danés Bjarne Riis, ganador del Tour de Francia en 1996, y el alemán Jan Ullrich, que se proclamó campeón de la vuelta francesa un año después, viven hoy bajo la sombra de los anabólicos, los corticoides y de la famosa hormona EPO. Riis reconoció haber tomado sustancias prohibidas, Ullrich guarda todavía silencio.
Cuánto sabían los directivos de la Telekom sobre lo que sucedía en el interior de su grupo ciclista sigue siendo un misterio. Como mucho ha trascendido que la empresa esperaba resultados en forma de victorias, difíciles de conseguir cuando el doping era ya habitual en otros equipos.
Antes de que comenzara el último Tour de Francia, la compañía telefónica dijo esperar de esta carrera que fuera la más “limpia de la historia”. Y fue precisamente un corredor del equipo T-Mobile, Patrik Sinkewitz, el primero en dar positivo en un control antidoping. Entonces se retiraron las televisiones públicas alemanas que retransmitían la competición y la continuidad del apoyo económico de la Telekom empezó a ponerse en duda: la empresa ya tiene bastantes problemas en Alemania.
Pero la Telekom no se retira. Y como muestra de sus buenas intenciones se propone llevar la iniciativa en la lucha contra el dopaje. ¿Le devolverá el gesto alguno de los clientes perdidos?