Filarmónica de Berlín y el nacionalsocialismo
1 de agosto de 2012Controvertida. Así puede calificarse la relación de la Orquesta Filarmónica de Berlín con el régimen nazi. La formación, nacida con espíritu independiente a finales del siglo XIX, debió someterse desde 1933 a las directrices del poder en aras de su supervivencia. Los problemas económicos que arrastraba la llevaron a depender de los apoyos brindados por Goebbels, ministro de propaganda nazi.
Regida en aquellos días por Wilhelm Furtwängler, uno de los directores míticos de la historia de la interpretación, la institución gozó de numerosos privilegios durante aquel tiempo, viajó por todo el mundo como si fuera la embajadora cultural del país y tocó en numerosas ocasiones oficiales: cumpleaños de Hitler, convenciones del partido, inauguración de los Juegos Olímpicos de 1936, etc...
Muchas preguntas
Los nazis daban una enorme importancia social a la música y consideraban que todo el pueblo debía tener acceso al gran arte. Numerosos miembros del partido profesaban un amor idealizado por la música. Sobre todo por la de Beethoven y Wagner, quien, sin tener idea de cómo sería utilizada su obra muchos años más tarde, suministró a los nazis una serie de óperas de asunto germano y les sirvió en bandeja el panfleto Das Judentum in der Musik (De lo judío en la música).
La Filarmónica de Berlín se convirtió en el instrumento perfecto para la propaganda nazi. Pero, ¿cómo reaccionaron los integrantes de la orquesta? ¿De qué manera llegaron hasta el extremo de convertirse en símbolo cultural del nacionalsocialismo? ¿Era conscientes de ser un instrumento de las políticas culturales nacionalsocialistas? ¿Qué papel jugó Furtwängler en aquel tiempo?
No fue hasta la muerte en 1989 de otro mítico director de la Filarmónica, Herbert von Karajan, cuando comenzó a investigarse el papel de la orquesta durante aquellos años. Desde entonces han aparecido diversos libros que tratan el tema y ahora la editorial Edhasa acaba de presentar la traducción al español del ensayo titulado La orquesta del Reich, escrito por el canadiense Misha Aster. Sin pretensiones musicológicas, el libro realiza un recorrido por las actividades de la formación durante aquellos años convulsos de la historia europea.
El papel de Furtwängler
Uno de los interrogantes que aún siguen vigentes es el papel de su director titular en aquel momento, Wilhelm Furtwängler. Artistas no judíos, como era el caso del también director Erich Kleiber, emigraron del país al observar el trato que los nazis dispensaban a este pueblo. Furtwängler, sin embargo, se mantuvo en su puesto y, con él, los estándares de excelencia que dieron a la formación un prestigio del que aún goza hoy día.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el director fue apartado de la Filarmónica hasta que se aclararon sus relaciones con los nazis. Muchos instrumentistas judíos declararon que Furtwängler los había ayudado durante aquel tiempo y finalmente el director salió indemne del proceso de desnazificación. Sin embargo, su nombre quedó indeleblemente unido a un lugar y a un tiempo de la historia de la Filarmónica de Berlín que muchos quisieran que jamás hubiera tenido lugar.
Autora: María Santacecilia
Editora: Rosa Muñoz Lima