La lucha por los indecisos
9 de marzo de 2003Ante la inminencia de una guerra contra Irak, Francia inició una ofensiva diplomática para ganar el mayor número de votos que impidan una nueva resolución que legitime la guerra. El presidente Jacques Chirac, llamó a la realización de una cumbre del Consejo de Seguridad sobre Irak. "Cuando se decide sobre la vida o la muerte, merece que se haga al más alto nivel de responsabilidad, pues la guerra no es algo menor", dijo el presidente galo. La oficina del Eliseo confirmó el sábado que Chirac habló con jefes de estado y de gobierno de varios países miembros del Consejo de Seguridad y las reacciones han sido positivas.
Seis votos decisivos
La propuesta de realizar en Nueva York una cumbre sobre Irak para decidir sobre el proyecto de ultimátum presentado por Estados Unidos, Gran Bretaña y España, ya había sido formulada públicamente por el ministro francés del Exterior, Dominique de Villepin. La reacción de Washington fue negativa. El secretario de Estado, Colin Powell, dijo que no era necesaria ya que todas las partes habían presentado públicamente sus posiciones. El jefe de la diplomacia francesa realizará este domingo un viaje relámpago a tres países africanos: Angola, Camerún y Guinea, tres miembros permanentes del Consejo de Seguridad cuyas posiciones siguen indefinidas.
Los votos de éstos países, así como los de Chile, México y Paquistán serán decisivos en el resultado de la votación sobre la resolución presentada el pasado 24 de febrero. Para ser aprobada, una resolución necesita el voto de por lo menos nueve de los quince miembros del Consejo de Seguridad, siempre y cuando no sea vetada por ninguno de los cinco miembros permanentes.
La hora de la verdad
La ofensiva francesa se produce en medio de una profunda división en el Consejo de Seguridad sobre la estrategia de desarme de Irak y bajo una presión creciente por parte de Washington. La nueva resolución es rechazada por Francia, Rusia y China, tres miembros permanentes con derecho a veto. Aunque la mayoría del Consejo de Seguridad se opone a la guerra, la situación podría cambiar en el momento de la verdad, lo que supondría una difícil disyuntiva para París en caso de que Moscú y Pekín se abstengan por temor a una confrontación definitiva con Estados Unidos.
Según la administración Bush, una cosa es disentir y otra mucho más grave es bloquear a un aliado. El veto de alguno de estos países podría provocar un enfriamiento diplomático y hasta posibles represalias por parte de Washington.
La Casa Blanca, que también ha emprendido intensas gestiones diplomáticas en busca de votos, quiere que el texto, que da a Irak hasta el próximo día 17 para desarmarse so pena de guerra, sea votado a partir del próximo martes o incluso ese día. Más de 250.000 soldados estadounidenses han sido desplegados al Golfo Pérsico y prolongar aún más el inicio de un ataque militar supone inconvenientes a la estrategia militar debido a las altas temperaturas en la región.
Alemania teme posibles atentados
El gobierno alemán reiteró su rechazo a la nueva resolución propuesta por Washington, ya que el ultimátum que esta contiene conduce de ‚facto‘ a una guerra. "El informe de los inspectores es motivo de esperanza ya que ha demostrado que los instrumentos para desarmar pacíficamente a Bagdad tienen efectos" dijo el ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, en una entrevista en la televisión alemana.
Los cuerpos de seguridad alemanes advirtieron sobre el riesgo de posibles atentados en su territorio en caso de que estalle la guerra. El Fiscal General, Kay Nehm, afirmó que el peligro de reacciones violentas proviene lo mismo de grupos militantes de izquierda alemanes como de fundamentalistas islámicos ‚durmientes‘ en Alemania.
Una guerra en Irak provocaría una ola de cientos de miles de refugiados en la región dijo el Director del Comité Internacional de la Cruz Roja, Angelo Gnädiger, en una entrevista a la prensa alemana. El funcionario señaló que la organización está preparada para atender con lo indispensable a 150.000 refugiados de guerra y eventualmente hasta medio millón.
"Tenemos que prepararnos para lo peor, aunque desearía que nuestros planes se queden sobre papel y se llenen de polvo en el cajón", dijo el funcionario haciendo alusión a su esperanza por que se logre una solución pacífica que evite sufrimiento a la población iraquí, que desde 1980 ha vivido ya dos guerras y sigue padeciendo las consecuencias de las sanciones económicas impuestas por la ONU.