La nueva amenaza iraní
3 de agosto de 2005El líder supremo religioso del país islámico, el ayatolah Ali Jamenei, confirmó en el cargo al político conservador de 48 años durante una ceremonia en Teherán. El presidente saliente, Mohamed Jatamí, entregó el bastón de mando a Ahmadineyad, con lo que se convierte en el séptimo presidente del Irán revolucionario.
El jefe de Estado del país musulmán asume el cargo en medio de un enfrentamiento diplomático entre Irán y Occidente debido al controvertido programa nuclear, que Irán insiste en desarrollar. La cúpula iraní amenazó con echar a andar su programa atómico el mismo día en que el nuevo presidente asume el cargo, incluso si eso provoca una crisis internacional.
Teherán espera que la Agencia Internacional de Energía Atómica, (IAEA), retire los precintos de la planta nuclear de Isfahan en el transcurso del día. En dicha planta se enriquecerá uranio, según Irán, con fines pacíficos. La Unión Europea amenazó con romper las negociaciones sobre un amplio programa político, económico, tecnológico y militar, en caso de que Irán cumpla con sus amenazas y eche a andar la planta nuclear.
Crisis diplomática
París, Londres y Berlín cerraron filas con Estados Unidos, y amenazaron a la cúpula iraní con llevar el caso ante el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que podría concluir con sanciones económicas. El canciller alemán, Gerhard Schröder, expresó la esperanza de que la crítica situación no se agrave aún más. Washington acusa al país de esconder sus verdaderas intenciones de construir armas nucleares.
Ahmadineyad ganó en junio pasado las elecciones presidenciales por aplastante mayoría gracias al respaldo de los sectores más pobres y fundamentalistas. Fue el líder supremo, Ali Jamenei, de quien Ahmadineyad es fiel a ultranza, quien movilizó un apoyo masivo durante los últimos días de campaña. El ex -alcalde de Teherán convocó los valores de la revolución islámica y anunció que liberaría a la industria petrolera del país, que cuenta con la cuarta reserva más grande del mundo, "de sus actuales estructuras criminales". En el discurso de Ahmadineyad están ausentes conceptos como libertad, tolerancia o democracia. Su visión del mundo se remonta a los días de la revolución islámica de 1979 cuando participó en la toma de rehenes de diplomáticos estadounidenses.
Nueva cualidad explosiva
La vieja visión del nuevo jefe de Estado iraní adquiere una nueva cualidad explosiva, al declarar recientemente que la revolución islámica cortará de raíz con la injusticia en el mundo entero. "La era de los regímenes hegemónicos, la tiranía y la injusticia ha muerto, la ola de la revolución islámica alcanzará al mundo entero", dijo Ahmadineyad.
Los servicios secretos occidentales temen que un Irán radicalizado bajo su presidencia suministre aquello que las organizaciones radicales y terroristas buscan y que aún no tienen: armas químicas y de destrucción masiva para hacer la Guerra Santa contra Occidente. Irán cuenta con un arsenal de armamento químico y biológico.
Malos augurios
La ascensión de Ahmadineyad al poder es vista por los europeos como el preludio de una nueva era en Irán que no promete buenos augurios. Europa está ante la cuadratura del círculo, pues Ahmadineyad es uno de los que reclama desde hace años el derecho de Irán a desarrollar un programa nuclear.
"Ahmadineyad puede extorsionar a Occidente", y lo hará, según un diplomático jordano a la prensa alemana. Este punto de vista es compartido en Irán, en donde grupos radicales extremistas reclaman el derecho a convertirse en potencia nuclear, pero que también están dispuestos a jugar al terrorismo internacional.