La UE reforma políticas de asilo
22 de septiembre de 2012En los últimos años, muchas de las personas que viven en los centros para refugiados de Alemania no han hecho más que matar el tiempo todo el día porque, en los primeros doce meses después de pedir asilo, los solicitantes tienen prohibido trabajar. Puede que para muchos doce meses no sea mucho tiempo, pero, cuando la espera de un año se prolonga indefinidamente, la paciencia se agota y la ilusión se vuelve desesperación.
“Hay gente que ha esperado hasta diez años para que le informen si se puede quedar o no en Alemania”, asegura Birgit Naujoks del Consejo de Refugiados de Renania del Norte-Westfalia, recalcando que, aparte de la incertidumbre, el período de inacción hace que los refugiados pierdan las habilidades que trajeron de sus países de origen y las oportunidades para encontrar un empleo. “Ese lapso de espera habría podido ser utilizado para capacitar a los refugiados”, dice Naujoks.
Procurando resolver fallas en las políticas de asilo del bloque comunitario, la Comisión para Asuntos Internos del Parlamento Europeo le dio luz verde a nuevas directrices este 19 de septiembre. En adelante, los solicitantes de asilo podrán buscar empleo nueve meses después de haber introducido su petición. Además, se aprobó el establecimiento de un sistema de alerta que informe a la Comisión Europea cuando las deficiencias del sistema de asilo de un país comunitario sean demasiado graves.
En esos casos, la Comisión Europea podrá intervenir o hacer recomendaciones concretas, sobre todo para proteger a los niños y jóvenes refugiados. Por otra parte, el Parlamento Europeo redefinió los argumentos válidos para arrestar, procesar y encarcelar a un refugiado; hasta ahora, las autoridades podían detener a un solicitante de asilo sin hacer explícitas las razones. No obstante, las organizaciones de derechos humanos que representan a los refugiados han criticado esta iniciativa.
Una reforma, ¿cero progreso?
A un solicitante de asilo sólo se le podrá asignar un puesto de trabajo si ningún ciudadano comunitario o de terceros países privilegiados compite con él por la plaza. “Son muy pocas las situaciones en que ese no es el caso”, reclama Naujoks. Por su parte, Marei Pelzer, de la organización ProAsyl, lamenta que los motivos por los cuales un refugiado puede perder su libertad hayan sido descritos de una manera tan vaga.
“Se establecieron seis escenarios que posibilitan el arresto y esos escenarios abarcan todos los casos imaginables”, se queja Pelzer en entrevista con DW. “Eso es muy problemático, porque legitima prácticas ilegales como los encarcelamientos arbitrarios registrados en Hungría y Grecia”, acota la experta y sigue: “Por si fuera poco, aún después de las reformas, los niños y jóvenes refugiados que entran a Europa sin representantes pueden ser expulsados de un país europeo a otro”, señala Pelzer.
“Eso implica que los niños y jóvenes pueden ir a dar a Estados como Italia, donde el sistema de asilo funciona muy mal y los refugiados terminan viviendo como indigentes, sin techo. Yo no veo ningún progreso en relación con la situación que vivían los refugiados antes de las reformas. La perspectiva de la protección que se les debe ha sido ignorada por completo”, denuncia la portavoz de ProAsyl.
Autores: Wulf Wilde / Evan Romero-Castillo
Editor: José Ospina-Valencia