Merkel: la UE va “demasiado lento”
16 de diciembre de 2015Rara vez el Bundestag ha emitido un reporte tan negativo sobre el estado de la Unión Europea como el que dio a conocer sobre este turbulento 2015 que ya termina. A la Unión le falta solidaridad y Los 28 carecen de cohesión en los momentos más complejos, fueron algunas de las frases que sonaron este miércoles (16.12.2015). La negativa de algunos países para acoger a los refugiados es evidencia de esto.
“Demasiado lenta” va la redistribución de 160.000 refugiados, lamentó la canciller Angela Merkel (CDU) en su declaración de políticas gubernamentales de cara a la próxima cumbre de la Unión Europea en Bruselas. Desde que se tomó la decisión en octubre, solo 200 refugiados han sido repartidos por toda la Unión Europea. La autoridad alemana también recalcó la necesidad de poner en funcionamiento otros acuerdos adoptados en octubre. “Esto es especialmente importante para el establecimiento de puntos de acogida en Italia y Grecia, con los que podamos recuperar la normalidad en las fronteras exteriores”, dijo. En estos centros de acogida los refugiados deberían ser registrados y redistribuidos.
Frontex para disuadir
Merkel apoya el último plan de la Comisión Europea, que busca el fortalecimiento de la agencia de protección fronteriza Frontex. “Se trata de que Frontex juegue un rol más preponderante en la necesaria repatriación de aquellos refugiados que no tienen derecho a protección en la UE”, explicó la dirigente. Su objetivo es que el número de refugiados a nivel europeo se reduzca, para lo que falta que se realice un trabajo conjunto entre los estados miembros. Solo hay un problema: debido a que la protección de las fronteras es un derecho soberano de cada estado, la propuesta de fortalecer Frontex es objeto de controversia dentro de la UE. Por lo mismo, es improbable que esta medida se implemente con rapidez.
Turquía, socio clave
Solo queda esperar que Turquía cumpla los compromisos adquiridos hace dos semanas en una cumbre extraordinaria con la UE. Ankara recibirá 3.000 millones de euros de la Unión Europea. A cambio, la canciller Merkel espera “una mejor protección de su frontera con la UE, un servicio de rescate de emergencia de mejor calidad en el mar Egeo y una lucha efectiva contra los traficantes de personas”. Poco antes del inicio de la cumbre de Bruselas, Merkel y otros jefes de Estado recibirán un informe provisional de parte del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu.
Precisamente en ese trabajo conjunto con Ankara radican las críticas del líder opositor Dietmar Bartsch. “Es una señal desastrosa si los millones de euros pagados a Turquía lo que buscan en la práctica es un plan de acción para protegerse de los refugiados”, dijo el jefe de la fracción parlamentaria de La Izquierda. El dinero habría tenido mejor destino en manos de organizaciones de ayuda a los refugiados que en el gobierno turco, aseguró Bartsch. Además, según el político, los refugiados no se dejarán detener por “centros de acogida, muros, rejas y Frontex”. Y preguntó: “¿construimos la Unión Europea como una sociedad solidaria o como un baluarte?”.
¿Comunidad de valores?
Que algunos países de la Unión Europea no quieran recibir refugiados, o deseen solo a unos pocos o incluso permitan el ingreso solo de cristianos, fue un tema que se puso sobre la mesa en el último debate del año. En el pleno se hizo evidente para muchos que la UE como comunidad de valores es algo que no todos entienden de la misma forma. “No puede ser que Europa sea entendida por algunos países solo como una comunidad de ganancia”, dijo Gerda Hasselfeldt, jefa de la fracción de la CSU en el Bundestag. El líder del SPD Thomas Oppermann habló sobre el auge de partidos populistas y nacionalistas como el Frente Nacional en Francia o AfD en Alemania. El que la nueva primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, haya desterrado la bandera europea de su sede y del Parlamento no es una buena señal. “Si no frenamos esto, la oscuridad caerá rápido sobre Europa”, señaló el parlamentario.
Las soluciones nacionales son, en estos tiempos, pseudosoluciones, argumentó Oppermann. Sin embargo, en el debate tampoco quedó muy claro qué enfoques transnacionales sí funcionan. Se habló mucho sobre la lucha contra el flujo de refugiados. Pura retórica, criticó la oposición. Sobre cómo mejorar en la práctica la calidad de vida en los países desde donde escapan muchos de los refugiados... No, de eso nada.