Una guardia fronteriza europea
15 de diciembre de 2015Este martes (15.12.2015), el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, presentó una propuesta para convertir la agencia Frontex en una guardia europea de protección fronteriza y costera.
Hasta el año 2020, la guardia contaría con 1.000 efectivos, más del doble del personal con el que cuenta ahora Frontex. Además, se crearía una reserva especial de al menos 1.500 efectivos de los países miembros, que deberán estar disponibles para intervenir en regiones en conflicto en un plazo de tres días.
1,5 millones de inmigrantes ilegales
Frans Timmermans, vicepresidente de la Comisión Europea (CE), dijo que, en lo que va del año, 1,5 millones de personas han entrado irregularmente a la UE. Según Timmermans, a raíz de esa inmigración, “varios países miembros han reintroducido los controles en las fronteras internas”. Como consecuencia, la libertad de circulación sin control de pasaportes dentro de la zona Schengen está en peligro, teme el vicepresidente de la Comisión Europea.
Muchos de los países fronterizos a los que arriba un gran número de refugiados, como Grecia, están desbordados por la crisis migratoria. Si la Comisión Europea constata, tras haber consultado a los 28 países miembros del bloque comunitario, que un Estado no controla suficientemente una frontera exterior, podría enviar a ese país una unidad fronteriza especial. En caso necesario, la UE quiere organizar el registro de los inmigrantes sin el apoyo del respectivo país miembro.
En su proyecto de ley, la Comisión Europea aclara al respecto que el personal de Frontex solo podrá desempeñar su tarea en la “presencia” de un agente del país en el que se interviene.
Controles a ciudadanos de la UE
La propuesta presentada por Juncker también incluye cambios para los ciudadanos de la UE. Hasta ahora solo se controlaba la validez de sus pasaportes cuando entraban o salían de la UE. En el futuro, estos serán comparados sistemáticamente con los bancos de datos y las listas de personas buscadas de todas las autoridades europeas de investigación. Frans Timmermans justificó esta medida, argumentando que es necesaria para combatir la amenaza terrorista. Los controles fronterizos más intensos también se aplicarán a ciudadanos de terceros países que no necesitan visado.
Asimismo, la Comisión Europea quiere introducir un documento de viaje uniforme para los solicitantes de asilo que han sido rechazados y que deberán abandonar la UE. Este “pasaporte de deportación” también deberá ser reconocido por los países a los que deben retornar las personas sin permiso de residencia.
De acuerdo con la Comisión Europea, de las 500.000 deportaciones que se ordenan al año solo un 40 por ciento se lleva a cabo. Por ello, Frontex deberá crear una Oficina de Retorno, que apoye a los países de la UE en la deportación de personas a las que se les ha denegado asilo.