Miedo a la "lluvia plateada"
20 de noviembre de 2012La Avenida Joao XXIII es una calle larga y desolada en el suburbio de Santa Cruz, en las afueras de Río de Janeiro, con casas venidas abajo y llena de perros callejeros. Cuando la productora alemana de acero ThyssenKrupp anunció en 2006 que abriría una fábrica allí, los habitantes de esa zona se alegraron de poder contar con una fuente de trabajo cercana a su domicilio, sin tener que viajar horas, como de costumbre, hasta la capital.
De hecho, hace seis años que más 2.000 brasileros se ganan la vida en lo que se ha transformado en la acerera más grande de Sudamérica. Sin embargo, se están reportando cada vez más problemas de salud entre los habitantes, con lo cual muchos se preguntan si éstos tienen que ver con las emisiones de grafito de la planta.
Alergia y enfermedades de la piel
Las instalaciones de ThyssenKrupp están divididas de las casas en la Avenida Joao XXIII por un cerco en el que se estableció un pequeño kiosco donde los camioneros se detienen a beber café y a conversar. Uno de los temas de los que más hablan es, justamente, la cantidad de problemas que, según ellos, está provocando el polvo de grafito en el aire.
“Por la noche cae una lluvia de plata sobre los techos”, dijo uno de los conductores a DW, “y al otro día todo está sucio; incluso se puede ver hasta un centímetro de polvo en las aceras”. “Lo hacen por la noche a propósito, para que uno no lo vea”, agrega otro de los choferes. Y afirma que, con la llegada del polvo plateado, también llegaron las alergias, los problemas respiratorios y las irritaciones en la piel.
Dalva da Silva Oliveira también vive en esa avenida. Su pequeña casa está justo al lado del cerco que divide a la comunidad de la fábrica de ThyssenKrupp. “Nadie sabe de qué enfermedad se trata”, dijo a DW señalando a su perro, cubierto de ampollas. Y añadió que ni siquiera el veterinario tiene una explicación. Dalva piensa que su perro se enfermó a causa de la “lluvia plateada” de grafito, producida por la planta acerera.
“El grafito no es peligroso”
ThyssenKrupp ya se disculpó oficialmente varias veces en el pasado por las inconveniencias causadas por las emisiones de polvo de grafito, pero dice que no se han producido incidentes en los últimos dos años. La vocero de la empresa, Luciana Finazzi, aseguró a DW que sí ha habido exposiciones al polvo de grafito en tres localidades dentro de un radio de dos kilómetros de la fábrica, pero que no existió peligro.
Claudia Besh, dermatóloga de Santa Cruz, no está de acuerdo. Su automóvil a veces amanece cubierto por una densa capa de polvo de grafito, algo desagradable, pero no tan amenazante como el peligro que flota en el aire. “El problema son las partículas tóxicas en el aire, que no podemos ver. Cuando la concentración en el aire es continuamente alta, eso puede tener consecuencias graves”, explica la experta.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cantidad de partículas de grafito no debe sobrepasar el límite de 50 microgramos por metro cúbico de aire, de lo contrario, es perjudicial para la salud. Si una fábrica supera esa cantidad de emisiones, la OMS recomienda limitar esa sobreexposición a solo tres días al año, algo que las autoridades brasileras permiten actualmente. Pero ThyssenKrupp va más allá de lo establecido por la OMS y por Brasil.
ThyssenKrupp ya fue multado por las autoridades de Río de Janeiro con cuatro millones de euros (unos 5,1 millones de dólares), y éstas también ordenaron al grupo empresario plantar 15.000 árboles en los suburbios adyacentes a la planta de acero. Pero, ¿tienen algún efecto las multas? Es la tercera vez que ThyssenKrupp es castigado por sobrepasar los límites de emisión de grafito. “Los sentimos mucho. Queremos enviar nuestras disculpas a los ciudadanos”, dijo la vocero, Luciana Finazzi, “el polvo fue transportado por los fuertes vientos”.
Amenaza de cierre de la planta
Los habitantes de la zona cercana a la planta no se ponen aún de acuerdo sobre las medidas a tomar. Mucha gente se ha beneficiado gracias al trabajo que ofrece ThyssenKrupp. Otros argumentan que su vida no es peor que antes de que se construyera la planta. Eduardo Marques vivió en Santa Cruz toda su vida. Tiene 56 años, es dueño de un supermercado junto con su mujer, y dice que sus negocios van mejor desde que la fábrica comenzó a funcionar allí.
Pero no todos han sacado provecho del auge económico local que trajo consigo la acerera de ThyssenKrupp. Y muchos no están dispuestos a olvidar el impacto negativo que ha tenido la fábrica en su comunidad.
Marilene Ramos es presidenta de la Oficina de Medio Ambiente de Río de Janeiro, y no acepta las excusas ofrecidas por ThyssenKrupp. “Cuando todavía se estaba planificando construir la fábrica, se llegó a un acuerdo muy claro entre las partes acerca de que no se producirían ese tipo de excesos de emisiones tóxicas”, dijo Ramos a DW. “Si hubiésemos sabido lo que harían, nunca hubiéramos permitido que la construyeran.”
Algunos representantes de la clase política están uniendo esfuerzos para que se clausure la planta, y el ministro regional de Medio Ambiente, Carlos Minc, ya amenazó con cerrarla si se producen más incidentes debido a las emisiones excesivas de polvo de grafito.
Autora: Solveig Flörke/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López