No Alineados en Irán: Siria en la mira
31 de agosto de 2012La cumbre convocada por Teherán fue todo lo contrario de lo se esperaba. La reunión de los países No Alineados no había sido tan controvertida desde los años 70, cuando la guerra entre India y Pakistán dividió al bloque.
La disputa la generó esta vez el nuevo presidente egipcio Mohammed Mursi con su crítica al régimen de Assad: “El fin de ese régimen de opresión es una obligación ética”, declaró Mursi ante el pleno. Para Mursi, la instauración de una democracia en Siria es “la continuación de la primavera árabe que derrocó los regímenes en Túnez, Libia, Egipto y Yemén.”
Mientras aún hablaba Mursi, la delegación siria abandonó la sala diciendo que “la intromisión en los asuntos internos de Siria azuzaba el conflicto”. Los iraníes, por su parte, dijeron que “a los egipcios les falta la madurez política que demanda el bloque de No Alineados”.
Irán y Estados Unidos bloquean acercamiento
Desde hace más de 30 años ningún presidente egipcio había visitado Teherán. Irán había roto relaciones como represalia por el acuerdo de paz entre Israel y Egipto. Antes de la cumbre de Teherán, Mursi había propuesto una conferencia regional para la solución del caso sirio. Un foro en el que el mandatario egipcio incluye a Turquía, Arabia Saudí e incluso Irán.
La misma propuesta la había hecho Kofi Annan, cuando era aún delegado para el conflicto sirio de la ONU y la Liga Árabe. Pero todas las soluciones en las que aparece Irán han fracasado ante la negativa de Estados Unidos.
Washington, junto con Tel Aviv, buscan el incondicional aislamiento de Irán. Justamente porque Mursi cree que Irán debe ser tenido en cuenta en la búsqueda de una solución para el conflicto sirio, asistió a la cumbre de Teherán. Lo propio hizo Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas, a pesar de las críticas del Gobierno de Obama.
Liderazgo autoproclamado
Pero ni Mursi ni Ban Ki Moon quisieron dejarse usar como instrumento de Irán. Teherán interpretó la elección de Mursi a la presidencia como un “renacer del islamismo” y, en calidad de cabeza de la república islamista chiíta, se declaró líder del bloque de países No Alineados, en contra de la postura y los intereses de Egipto.
Ban Ki Moon, por otra parte, aprovechó el pleno para criticarle al régimen de Teherán, en su propia casa, su negación del Holocausto, al tiempo que expresó su preocupación por el programa nuclear, sin dejar de instarlo a cumplir con las resoluciones dictadas por Naciones Unidas.
Autor: Andreas Zumach / José Ospina-Valencia
Editora: Rosa Muñoz Lima