Entrevista al comisario europeo de Desarrollo
25 de marzo de 2014Encarando la agenda de desarrollo post-2015 y mirando hacia América Latina, ¿qué papel desempeñarán en la cooperación europea países como Venezuela, Brasil, México y la misma Cuba, que ofrecen ellos mismos programas de desarrollo?
Son países muy diferentes y con nivel distinto de desarrollo. Con México tenemos ahora una relación más cercana que con Japón o Estados Unidos porque efectivamente comienza a ser un país donante a terceras naciones y organizará encuentros de alto nivel en el tema de la cooperación.
Tendremos con México algunos programas de cambio climático, pero ahora es más una relación de donante-donante. Estamos pensando en cómo fortificar esta cooperación para apoyar a los países más pobres o a grupos vulnerables, como por ejemplo las poblaciones indígenas. Es decir, con México tenemos una asociación bastante sofisticada.
Con Brasil tenemos programas regional y hemos tenido importantes programas en el pasado. Brasil es un player importante en la agenda Rio+20 post 2015 y vamos a continuar trabajando con Brasil como socio estatégico de la UE enfocando desafíos y temas globales.
Con Cuba, dependiendo del desarrollo de los acuerdos cuyas negociaciones empezarán uno de estos días, tengo mucho optimismo de que podamos empezar con programas de apoyo enfocados a aliviar ciertos cuellos de botella de la economía cubana. Esto podría crear más empleo y crecimiento en la economía cubana. Será más una cooperación más bien clásica, apoyando determinados objetivos de erradicación de la pobreza.
Con Venezuela no tenemos programas todavía, y no creo que no vamos a tenerlos por la situación política, que es compleja. Sin embargo, nos gustaría tener más que ver con Venezuela, por su programa de apoyo petrolero a muchos países caribeños. Me parece importante continuar con ese programa porque ha traído mucho beneficio para los países caribeños. Creo también que podemos desarrollar la asociación para apoyar a más países pobres de la región, porque trabajaremos mejor si nos coordinamos que si trabajamos cada uno por su cuenta.
Estamos en el año dedicado por la ONU a la agricultura familiar. Concretamente, ¿qué está haciendo la cooperación europea en este sentido? Y, usted como comisario de Desarrollo, ¿qué opina del impacto de los tratados comerciales de la UE en los pequeños agricultores?
Hemos sido muy activos en las áreas rurales, hemos ofrecido apoyo sustancial en programas dedicadas a áreas, que por ejemplo en Colombia, han sido muy afectadas por la guerra civil. Hemos provisto apoyo al proceso de paz enfocándonos en los pequeños productores, diversificando sus fuentes de ingresos.
Creo que este enfoque de desarrollo rural debe ser mantenido en nuestros programas regionales. Es un desafío para los pequeños productores el mantenerse en un mundo globalizado. Pero creo que la respuesta está en la dirección que la misma UE ha tomado, algo tarde pero lo ha hecho. No hablamos sólo de agricultura sino de desarrollo rural. Y creo que cada vez más países tienen que darse cuenta que el pequeño agricultor no sólo es valioso en la producción de matrerias primas para el mercado, sino que son importantes para la sustentabilidad.
Tenemos que encontrar con nuestros socios instrumentos para que los pequeños agricultores se beneficien del entorno en que viven. No sólo produciendo determinados cultivos para el mercado.
La experiencia de Europa, en mi opinión, puede servir de base para tener éxito en este programa, pues hemos aprendido de los errores cometidos en el pasado. Ahora nos enfocamos hacia el desarrollo rural; eso ofrecerá a la gente la posibilidad de quedarse en las áreas rurales y, al mismo tiempo, de aportar a la sustentabilidad.
La criminalidad y violencia son grandes impedimentos en el desarrollo de los países latinoamericanos. Casi al finalizar su mandato, ¿se siente satisfecho con el trabajo que Europaid ha realizado en este sentido durante los últimos años? ¿Se prevé un cambio de estrategia?
No habrá cambio de estrategia. Creo que lo que hemos hecho durante mi mandato se ha enfocado más al nexo entre desarrollo y seguridad. Es más bien una forma clásica de enfocarlo. Lo puede ver en el trabajo que hemos hecho en África -Mali, la República Central Africana, Somalia- en donde hemos intentado acometer el problema en toda su complejidad. Pero creo que también lo que hemos hecho en América Latina en el tema de la lucha contra las drogas es una aporte valioso a la sostenibilidad. Creo que debemos acometerlo también en toda su complejidad.
No podemos separar la seguridad –también personal- de prosperidad. Porque, ¿qué significa prosperidad sin seguridad? Solo la gente rica puede comprar seguridad; los pobres, nunca. Por eso tenemos que aportar a una situación en donde la seguridad esté garantizada y esto sólo lo podemos lograr apoyando a los Estados a garantizarla. Invertir en seguridad me parece bien, pero creo que debe ser una inversión más sofisticada: no se trata sólo de penalizar el crimen, sino de apoyar al sistema para evitar el crimen.