DW-Schwerpunkt
22 de junio de 2009
La publicación de una lista de los destinatarios alemanes de subvenciones agrarias de la Unión Europea vuelve a encender la polémica sobre el tema. El presupuesto agrario y la ayuda al desarrollo para el campo conforman con 55 mil millones de euros anuales casi la mitad del presupuesto total de la Unión Europea. Telón de fondo del debate sobre política agraria europea es la reunión de Ministros europeos de Agricultura a realizarse hoy.
Subvenciones: ¿sí o no?
La pregunta más candente es a dónde va a parar el dinero de los contribuyentes. En sus orígenes, las subvenciones estaban asociadas a la producción agrícola. Esto daba por resultado un excedente de alimentos como la leche y la manteca, entre otros, que no tenía cabida en el mercado. Las imágenes de la destrucción masiva de alimentos quedaron en la memoria colectiva como testimonio de la inoperancia del sistema, y, como consecuencia, en 2003 se desacoplaron las subvenciones de la producción.
Actualmente se entregan 300 euros por hectárea en el oeste de la Unión Europea, se cultive o no se cultive en esos campos. Y así es como con subvenciones agrarias se construyen hoy, entre otras cosas, campos de golf en Alemania.
El sistema actual es muy criticado, ya que debido a que las subvenciones se ven supeditadas a la cantidad de superficie, los más beneficiados son las grandes empresas. Esto fomenta una industrialización de la actividad agropecuaria.
Los proyectos de protección al medioambiente también cuentan con dinero subvencionado, pero la parte más importante de las subvenciones agrarias la conforman las destinadas al agro. La Unión Europea también impulsa económicamente la exportación de productos alimenticios fuera de Europa y, gracias a ello, muchas manufacturas pueden competir en el mercado externo. Como consecuencia, los campesinos de los países en desarrollo, que deberían gozar de ventajas naturales en cuanto a precios, se ven así desplazados del mercado.
Otro de los problemas con los que se enfrenta el sistema con sus características actuales es que los agricultores de los nuevos países miembros de la Unión Europea del este de Europa reciben aproximadamente un tercio menos de subvenciones por hectárea que los del Oeste europeo, diferencia que debería corregirse.
La presión para disminuir las subvenciones crece, más que nada de parte de Gran Bretaña y de los países escandinavos, entre ellos Suecia, el futuro presidente del Consejo Europeo. Todos quieren que la agricultura europea se aventure más al mercado y así poder gastar el dinero ahorrado en otras cosas, como la educación, por ejemplo. Los mayores destinatarios de subvenciones agrarias son en este momento Francia, España y Alemania. Por ello, estos son los países que sostienen el sistema o están abiertos a modificaciones, pero mínimas.
Una lista que da que hablar
En un informe publicado este fin de semana por el semanario Der Spiegel, no sólo los latifundistas y la industria alimentaria reciben subvenciones, sino también ministros y diputados alemanes. De Spiegel remite a la lista oficial de los destinatarios de ayudas económicas de la UE. Las reacciones no se hicieron esperar: la Unión Alemana de Contribuyentes exigió corregir urgentemente la situación. Al menos cinco políticos de la Unión Demócrata-Cristiana (CDU) habrían recibido dinero de subvenciones en 2008. También están bajo sospecha algunos críticos y hasta opositores de la política de subvenciones agrarias, un diputado del Partido Liberal y un ex eurodiputado del grupo de Los Verdes.
Debido a la negativa del estado de Baviera a brindar información sobre los receptores de subvenciones agrarias, la Comisión Europea había abierto un expediente contra Alemania por infracción contra el derecho europeo, según informó la agencia DPA el 16 de junio de este año. Y por causa del bloqueo informativo bávaro, la UE abrirá esta semana a Alemania un expediente por violar el contrato vigente.
Un portavoz de la comisaria de Agricultura de la UE, Mariann Fischer Boel, dijo a la agencia AP que “no podemos aceptar que Alemania contravenga las reglas de transparencia de la Unión Europea”.
Con la reapertura del debate sobre a quién beneficia el dinero de las subvenciones se espera también que la Unión Europea llegue a una conclusión válida con respecto a qué variantes sería posible aplicar para reducir las subvenciones. Y también sobre el sentido o sinsentido de las mismas.
Autor: Christoph Hasselbach/CP, dpa,
Editor: Enrique López Magallón