Camilo y Nicolás tienen dos cosas en común: son primos y ambos aman las aves. Condiciones que los motivaron a fundar Penelope Birding, una agencia turística especializada en la observación de pájaros. La empresa opera en los esplendorosos bosques del Quindío, donde la vida silvestre cautiva el corazón de los turistas y donde ellos le han dado a su proyecto un enfoque original. Los dos biólogos ganaron con su propuesta el premio del Fondo Emprender del Estado colombiano y han avistado ya más de 600 aves. Pero los jóvenes no solo pretenden generar ingresos, sino también implementar programas de conservación ambiental. Esa es también la consigna de la reserva Parque Jaime Duque, en Cundinamarca. Uno de sus programas es la protección del cóndor de Los Andes. La mayor parte de las aves que han nacido aquí hoy viven en libertad. En Los Llanos orientales, una empresa de safaris con perspectiva ecológica también invita a la observación de aves. Además, también asume un rol en el trabajo con las comunidades. Los baquianos, o llaneros de la zona, forman parte fundamental del negocio, trabajando como guías locales, avezados en el avistamiento de aves. También el colibrí tiene su imperio en el Jardín Encantado, que se dedica a la conservación de este emblemático pájaro de la fauna latinoamericana. Es un lugar de encuentro para aficionados y ambientalistas de todo el mundo, que pueden apreciar 23 de las 125 especies de colibríes registradas en Colombia. La fundación sin fines de lucro promueve la observación de aves en libertad y sobre todo la preservación del "picaflores”.