Libia: desacuerdo en la UE y en la OTAN
21 de marzo de 2011Este 21 de marzo de 2011, la televisora con sede en Dubai Al-Arabiya citó a testigos según los cuales insurgentes libios fueron atacados y asesinados en las ciudades de Al Zintan y Misurata. Pero, aún cuando el hombre fuerte de Trípolis, Muamar al Gadafi, ha irrespetado por segunda vez su propio llamado al alto el fuego, el miedo de Europa a verse señalada por las “víctimas accidentales” que pudiera causar la lluvia de Tomahawks en el norte de África parece haber debilitado su determinación a intervenir en el conflicto del país magrebí.
Al mismo tiempo, informaciones contradictorias llaman la atención hacia la posibilidad de que la persona del dictador pueda estar en la mira de la coalición de fuerzas que ha impuesto una zona de exclusión aérea sobre Libia. El ministro de Exteriores británico, William Hague, y el de Defensa, Liam Fox, dieron por factible un ataque para poner fin a la vida de Gadafi. Pero tanto el jefe del Estado Mayor del Reino Unido, David Richards, como el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, descartaron ese escenario.
Oportunamente, la oposición en Libia atribuyó a un piloto desertor el haber estrellado su caza contra una base en Bab al Aziziya, Trípoli, donde vive Gadafi con su familia. Se dijo que Jamies al Gadafi, hijo del líder libio, murió a causa de las quemaduras sufridas durante el ataque perpetrado hace unos días. En estos momentos, se desconoce el paradero del dictador.
Desacuerdo en la UE y en la OTAN
Ni los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea ni los representantes de los países miembro de la OTAN lograron ponerse de acuerdo este lunes (21.3.2011) para decidir si se seguirán realizando o no ataques militares selectivos en Libia. El tiempo apremia, pero la situación es difícil porque, aunque la meta explícita es impedir que las tropas fieles a Gadafi aplasten a sus opositores en enfrentamientos armados asimétricos, está de por medio la vida de los civiles, independientemente de sus filiaciones políticas.
Tampoco se acordó si serán las fuerzas de una “coalición de los dispuestos” –más amplia todavía que la actual– o las de la Organización del Tratado del Atlántico Norte las que asumirán el control de la operación, aunque fue eso lo que los llevó a reunirse en Bruselas. Lo único que se decretó por unanimidad fue el endurecimiento de las sanciones contra Gadafi: las cuentas bancarias de 41 personas cercanas al dictador y de nueve empresas fueron congeladas en la UE.
Pese a la cacofonía imperante en la arena diplomática, se dejan oír voces que piden a la OTAN asumir el control de la operación militar "Odisea al amanecer". “Creemos que ha llegado el momento de que la 'coalición de los dispuestos' se transforme en algo más coordinado”, sostuvo el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, aludiendo a esa fuerza integrada por soldados de diferentes países y liderada por Francia, Gran Bretaña o Estados Unidos, dependiendo de a quién se le pregunte.
¿Quién lidera la “coalición de los dispuestos”?
El ministro de Defensa turco, Vecdi Gönül, dijo a la agencia Anadolu que Ankara no entendía por qué París parecía dirigir la misión, mientras su homólogo británico, Liam Fox, compartía con la BBC sus deseos de que el comando de la acción conjunta pasara de las manos de Washington a las de la Alianza trasatlántica –“aunque esta no sea una misión de la OTAN”– con miras a evitar que países árabes participen militarmente en ella. Otros dan mayor prioridad a que los blancos de los ataques aliados sean “exclusivamente militares”.
“Los blancos eran exclusivamente militares, se hicieron todos los esfuerzos para evitar los daños colaterales”. Esta frase, pronunciada el 26 de marzo de 1999 por el entonces portavoz de la OTAN, Jamie Shea, durante la campaña de bombardeos de la Alianza contra Serbia, todavía resuena en Bruselas y puede servir para entender el por qué de una polémica que está agrietando la pretendida unidad de la coalición internacional contra Gadafi. Ni las bombas guiadas por láser ni los misiles Tomahawk son infalibles.
Ni Rusia ni China vetaron la resolución 1973 de la ONU, pero han condenado los ataques aéreos aliados. Los diarios oficiales chinos los describen como una incitación al levantamiento en Oriente Medio y el embajador ruso en la OTAN, Dmitri Rogosin, acusó a quienes participan en la operación militar de desinformar sistemáticamente a la comunidad internacional sobre la dimensión de los bombardeos y sus víctimas en territorio libio.
La Liga Árabe reiteró apoyo a la Resolución 1973
Y es precisamente el temor a que el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia pueda causar un mayor derramamiento de sangre del que se pretendía evitar lo que ha atizado una confusa ronda de dimes y diretes. El secretario general de la Liga Árabe, Amre Mussa, subrayó este 21 de marzo su apoyo a la Resolución 1973 de la ONU, alegando que ella no instaba ni a una invasión ni a una ocupación del territorio libio. Sin embargo, tras expresar su preocupación por las posibles víctimas civiles de los ataques internacionales este domingo (20.3.2011), sus declaraciones fueron interpretadas como un reproche y hasta apoyadas por algunos políticos.
“La Liga Árabe ha criticado esta intervención. Creo que tienen buenas razones para ello”, comentó el ministro germano de Exteriores, Guido Westerwelle. Su homóloga española, Trinidad Jiménez, disintió subrayando que la acción militar de la coalición internacional en Libia cumplía estrictamente con la resolución 1973 de las Naciones Unidas: “La resolución dice expresamente que se pueden utilizar otro tipo de recursos para proteger a la población. Lo único que se excluye es que haya una fuerza de ocupación terrestre”.
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editora: Luna Bolívar Manaut