Para EEUU, Salvador Allende era agente pagado por la KGB
15 de octubre de 2008
El gobierno de Estados Unidos intervino directamente contra el entonces presidente chileno Salvador Allende porque éste "era un agente pagado por el KGB" soviético, se había convertido en "una pesadilla personal" para el presidente Richard Nixon y "para evitar que se formara un segundo Cuba" en América.
Las explicaciones las ofrecen varios funcionarios de la administración Nixon en el documental "Henry Kissinger - secretos de una superpotencia", del realizador alemán Stefan Lamby, que se ofrece hoy en el canal de televisión franco-alemán "Arte". Kissinger, en aquel entonces consejero de Seguridad de la administración en Washington y después secretario de Estado, narra en el documental que Nixon tenía una obsesión para evitar que "Allende se convirtiera en un segundo (Fidel) Castro".
Fenómeno Castro
Para Nixon (presidente entre 1969 y 1974), "el fenómeno Castro era una cuestión muy emocional. Creía que había perdido las elecciones presidenciales de 1960 y también las elecciones a gobernador de California (1962) por culpa de Castro", sostiene Kissinger, detallando que "evitar en la figura de Allende un segundo Castro fue una obsesión (para Nixon), ese tema le preocupaba mucho más que cualquier otro", a pesar de la Guerra Fría con la Unión Soviética, el escándalo Watergate y el ataque militar de Egipto a Israel.
Alexander Haig, jefe de gabinete de Nixon que después sería jefe de la OTAN y secretario de Estado del gobierno bajo Ronald Reagan, afirma con vehemencia en el documental de Lamby que "Allende era un zurdo, trabajaba para el KGB, estaba pagado por ellos", refiriéndose al servicio de inteligencia soviético.
Acciones encubiertas de la CIA
Para evitar la asunción de Allende a la presidencia en 1970 y después, para desestabilizar su gestión, Estados Unidos organizó, recuerda Haig, "una serie de acciones encubiertas a través de la CIA, similares a otras previas en América Latina, que habían sido muy exitosas incluso bajo administraciones anteriores, por ejemplo evitando la asunción de comunistas en Brasil y Guatemala. Y ese tipo de actividades fueron las que lanzó la CIA contra Allende".
Brent Scowcroft, estrecho asesor de Kissinger entre 1969 y 1975, confirma las acciones de desestabilización: "Apoyamos con dinero a gente que protestaba, para complicarle la situación a Allende. Las acciones encubiertas siempre fueron parte de la política de Estados Unidos".
Kissinger afirma en el documental que "personalmente no tuvo ningún plan" contra el gobierno socialista. "Nixon daba órdenes directas a los servicios de inteligencia, a las que yo por supuesto no me oponía".
Según Haig, existía "un comité en el que se analizaban las acciones contra Allende, y Kissinger era miembro e incluso lo dirigió". Además, "las actividades de la CIA son controladas por el Consejo de Seguridad, en el que estaba Kissinger", añade el ex general. "La CIA apoyaba, también económicamente, a un grupo como alternativa.
Asesinato de Schneider
Pero secuestraron a uno de sus allegados militares, el general (René) Schneider (jefe del Ejército leal a Allende) y lo mataron, fue una acción muy estúpida. No fue un plan de la CIA, no fue un plan americano, pero realizado por gente pagada por la CIA y, por lo tanto, según muchos de nuestros legalistas, ahí cabía nuestra responsabilidad", analiza Haig en el informe.
El propio Kissinger evade en el informe su responsabilidad directa en los hechos y recomienda al realizador "leer al respecto algún libro serio y no dejarse llevar por las tergiversaciones que se han hecho". A modo de explicación, se retrotrae a la época y defiende lo hecho en Chile:
"Era importante ocuparse porque en 1962 vimos cómo los rusos instalaron cohetes en Cuba y se construyó una base para submarinos en Cienfuegos. En Argentina había prácticamente una guerra civil. Esa política no fue un invento de Nixon, (los presidentes) Kennedy y Johnson también la practicaron, con la diferencia de que fueron más exitosos. Habían hecho lo mismo. Es todo lo que diré al respecto, no voy a hablar mas sobre ese tema".
Papel de Kissinger
El documental, en el que además se analiza el rol de Kissinger en otros conflictos, como la guerra de Vietnam, y su vigente influencia como asesor del presidente George W. Bush, cita como testimonio la transcripción oficial de una llamada de Nixon a Kisinger cinco días después del golpe del general Augusto Pinochet contra Allende.
Según la transcripción, se produjo el siguiente diálogo:
Nixon: ¿Hay algo de importancia?
Kissinger: Nada que tuviera mayores consecuencias... La cosa en Chile se está consolidando y, por supuesto, los diarios critican porque se derrocó a un gobierno pro-comunista. En vez de festejarlo. En la era de (el presidente) Eisenhower hubiéramos sido héroes.
Nixon: Bueno, como sabe, no lo hicimos. Esta vez, no metimos nuestras manos en el asunto.
Kisinger: Bueno, no lo hicimos, pero ayudamos... a crear las condiciones favorables.