Socialdemócratas alemanes: al borde de un ataque de nervios
31 de mayo de 2017Los periodistas deben condensar lo complejo. El título es el resumen de todo el texto. Recientemente el SPD no tiene motivo para quejarse. Disfruta de toda la atención de los comentaristas políticos en Alemania. Pero los titulares no son muy alentadores. "Fin de la fiesta" es uno de ellos. "Es desgarrador", tituló otro. Después de gozar de una alta popularidad tras haber nominado a Martin Schulz como candidato principal para las elecciones generales en septiembre, desde fines de marzo el SPD sufre de nuevo un estado de insignificancia.
Tres derrotas consecutivas en Sarre, Schleswig-Holstein y sobre todo en la gran Renania del Norte-Westfalia han convertido al partido de nuevo a lo que era en la primera contienda: perdedor. La nueva depresión socialdemócrata tiene razones internas y externas. La principal externa tiene un solo nombre: Merkel.
El fenómeno Merkel: era poderosa y lo es de nuevo.
Nadie lo creyó posible, pero Angela Merkel se presenta de nuevo como en sus mejores tiempos, antes de la crisis de los refugiados. Eventos perturbadores alrededor de Alemania han dado lugar a mejores resultados en la encuestas. Todavía hace medio año fue duramente criticada por su política de bienvenida hacia los refugiados. Pero los mismos críticos son los que hoy apoyan a Merkel por ver en ella la única garantía para enfrentarse a Trump, Putin o Erogan y manejar el Brexit de alguna manera beneficiosa para Alemania.
Martin Schulz, el candidato socialdemócrata, no lucha realmente contra Merkel en estas cuestiones. En vista de los retos actuales, como la crisis de la UE y el populismo, sus posiciones son similares. Sólo que ella tiene actualmente la posibilidad de distinguirse como duro representante de la UE frente a las reclamaciones de los británicos o la imprevisibilidad de un Trump. Para Schulz esto ya es batalla perdida. Las elecciones en Alemania parecen guiarse por un viejo lema: En la crisis no se experimenta.
El programa electoral: ¿Dónde está la carne?
En 70 páginas se resume el programa electoral del SPD, que será adoptado a finales de junio en un congreso especial. Los pilares principales como la justicia en la sociedad, el futuro y Europa se describen en términos muy generales, sin entrar en detalle. En la política exterior, el programa suena mucho a Willy Brandt y su política de paz y desarme. Esta nostalgia programática seguro alegra lo corazones de muchos socialdemócratas pero poco tiene que ver con la realidad de hoy.
Una reforma del sistema fiscal debe ser justa, dice el SPD pero no añade los detalles de la financiación de tal reforma. El problema estructural del antiguo partido de los trabajadores se demuestra en su discurso. Una y otra vez, los socialdemócratas enfatizan lo bien que vivimos aquí en Alemania. Pero casi a la vez insisten en que sigue habiendo grandes injusticias. Sin embargo, el SPD dejó hace tiempo de ser el partido del trabajador y del hombre de la calle. Se ha convertido en un partido del centro. Con la vieja retorica como punto central de su programa electoral ya no ganarán nada ni movilizarán a nadie.
En la trampa de la gran coalición
Hace pocas semanas, los socialdemócratas y el partido conservador CDU/CSU se encontraban todavía más o menos al mismo nivel. Hoy los separan por más de un diez por ciento. Si las cosas quedan así hasta septiembre, tal como lo prevén actualmente las encuestas, se renovará la gran coalición en Berlín.
Y luego hay también un factor psicológico. Si la situación general en el mundo sigue igual y Merkel aprovecha las oportunidades de generar titulares como por ejemplo en la cumbre de los G20, mientras Schulz reparta banderines en alguna zona peatonal de la republica, el más feroz seguidor del SPD se preguntará: ¿Por qué le voy a dar mi voto a un perdedor programado?