Tareck el Aissami, un “duro” del chavismo
14 de febrero de 2017El vicepresidente venezolano repudió las sanciones económicas impuestas contra él por el Gobierno de EE.UU. por supuestamente jugar un "papel significativo" en una red internacional de narcotráfico. "En lo personal recibo esta miserable e infame agresión como un reconocimiento a mi condición de revolucionario antiimperialista”, indicó el funcionario venezolano en un mensaje en Twitter.
Tareck El Aissami, de 42 años, tiene una reputación de radical entre la cúpula chavista y de fiel seguidor del proyecto socialista bolivariano. Descendiente de sirios, es un criminólogo formado en la Universidad de Los Andes que comenzó su carrera política como diputado del oficialismo en 2006.
Gestión política
Dejó el escaño para sumarse a cargos del Gobierno, al que entró en 2007 como viceministro del Interior. De 2008 a 2012 ocupó el Ministerio del Interior y a fines de ese año ganó mediante elecciones la gobernación de la región central de Aragua, que ejerció hasta enero de 2017, cuando Maduro lo designó vicepresidente.
En el Ministerio del Interior, El Aissami encabezó la detención de una serie de traficantes de drogas colombianos, como Diego Pérez Henao y Maximiliano Bonilla, alias el "Loco barrera", entre otros, que totalizaron 75 líderes de grupos de traficantes. También durante su gestión fue creada en 2009 la Policía Nacional Bolivariana, que sustituyó a la desaparecida Policía Metropolitana.
Signo de radicalización
Llegó a la vicepresidencia el 4 de enero pasado con el aval de Maduro, quien lo destacó como un especialista criminológico y le pidió que pusiera énfasis en su labor a la lucha contra el delito y bandas criminales.
"Este cambio de Gabinete de Maduro puede interpretarse como un paso hacia la radicalización”, señaló en su momento a DW Ivo Hernández, académico de la Universidad de Münster, añadiendo: "El Aissami promueve una revolución socialista más profunda que la que se ha dado hasta ahora en Venezuela”.
En enero, Maduro traspasó 15 de sus atribuciones como presidente a El Aissami, lo que fue interpretado como muestra del empeño por rodearlo de más poder, ante la posible candidatura oficialista en las elecciones presidenciales previstas para fines de 2018.
ER (dpa, DW)