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Terrorismo: el enemigo anda suelto

Eva Usi7 de octubre de 2002

Ha pasado un año desde que comenzó la guerra en Afganistán, y la lucha contra el terrorismo no ha sido ganada. Washington se prepara para iniciar la ofensiva contra uno de los integrantes del ‘eje del mal’: Irak.

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Osama bin Laden en un video de la emisora Al Jazeera, transmitido el 26 de diciembre pasado.Imagen: AP

No había transcurrido un mes desde los atentados de Nueva York y Washington, cuando Estados Unidos inició la guerra en Afganistán. El 7 de octubre del 2001, aviones estadounidenses y británicos empezaron los bombardeos. Washington había perdido la paciencia. Durante cuatro semanas un portavoz del régimen Talibán estuvo jugando al gato y al ratón con la superpotencia, que pedía la entrega del principal sospechoso: Osama bin Laden.

La Casa Blanca tenía la certeza de que el millonario saudita era el autor intelectual de los atentados que cobraron la vida de más de 3.000 personas. Después de un ultimátum que desoyó Kabul, las fuerzas aéreas estadounidenses y británicas iniciaron los bombardeos que debían conducir a la captura de los líderes de la red Al Qaeda y sobre todo a la destrucción de su base.

El primer objetivo en ser bombardeado fue el aeropuerto de Kabul, al noreste de la ciudad, así como el ministerio de Defensa, pero la ofensiva contra otros blancos alrededor de la capital afgana continuó durante varias noches consecutivas. Después le siguió el bastión Talibán de Kandahar y la ciudad fronteriza de Jalalabad. A mediados de noviembre, Kabul fue tomada por las fuerzas opositoras de la Alianza del Norte.

El primer caso de defensa común

El 2 de octubre del 2001, la OTAN planteó el primer caso de defensa común de su historia. Los atentados del 11 de septiembre fueron considerados una agresión a todos sus miembros. Incluso un año después de iniciada la guerra contra Afganistán, el Secretario General de la OTAN, George Robertson, reiteró la vigencia del caso de defensa común mientras no hayan sido eliminadas las causas que originaron su planteamiento.

Estados Unidos logró forjar una alianza internacional sin precedentes, en la que se encontraban rivales y antiguos enemigos, como Rusia y China, aliados, quienes hasta entonces, poco tenían en común con la superpotencia, como el mundo árabe.

La mayor red terrorista

El 13 de diciembre la emisora estadounidense CNN transmitió un video con una conversación de bin Laden con sus seguidores. Su difusión contaba con la autorización de Washington, lo que fue considerado como la prueba oficial de la culpabilidad de bin Laden. Durante los meses siguientes fue saliendo a la luz pública la historia de la red terrorista Al Qaeda, fundada en 1987, en plena guerra fría, para apoyar la lucha de los mujaidines afganos contra las tropas soviéticas.

Osama bin Laden se rodeó de combatientes árabes y guerrilleros con experiencia en la lucha armada. Muchos habían participado en la guerra en Bosnia, en Kachemira y Chechenia. Durante los años siguientes, la organización terrorista logró recrutar a unos 70.000 combatientes provenientes de cincuenta países. Todos fueron concentrados en Afganistán donde se intensificó su entrenamiento militar.

Bin Laden y el mullah Omar, líder del derrocado régimen Talibán, desaparecieron después de que Estados Unidos comenzara la ofensiva militar contra Afganistán. Hasta la fecha sigue sin esclarecerse el paradero de ambos, pero fuentes afganas afirman que mientras que Bin Laden podría estar muerto, el mullah Omar sigue con vida y se encuentra escondido en alguna parte al sur de Afganistán.

Sin embargo al no haber pruebas forenses que demuestren la muerte de Bin Laden, las autoridades estadounidenses parten del supuesto de que sigue vivo.

El arsenal iraquí

A principios del 2002, el presidente George W. Bush anunció una cacería internacional contra el terrorismo. Durante su discurso a la nación el 29 de enero, Bush dijo que países como Corea del Norte, Irak e Irán, constituyen el ‘eje del mal’. Un mes después, las fuerzas aéreas estadounidenses iniciaron un ejercicio de reconocimiento del arsenal de armas químicas, biológicas y nucleares en Irak.

Durante el primer aniversario de los atentados, el 11 de septiembre del 2002, Bush reiteró que la guerra contra el terrorismo continuará en todo el mundo. "Estados Unidos no permitirá que terroristas o tiranos amenacen la civilización con armas de destrucción masiva. Desde hace meses, Washington tiene a Irak en la mira.

Durante la reunión de otoño de la OTAN, el 24 y 25 de septiembre pasados, celebrada en Varsovia, Washington estableció por primera vez un vínculo directo entre Irak y la organización terrorista Al Qaida. El 2 de octubre pasado, la Casa Blanca y la Cámara de Representantes del Congreso acordaron una resolución ‘histórica’, dando a Bush mano libre para una eventual intervención en solitario.