Suenan los tambores de guerra

El presidente de EEUU, George W. Bush, ha sido arropado con el apoyo pleno del Congreso en el uso de la fuerza militar contra Irak, a pesar de las críticas sobre la utilización de un discurso bélico como parte de la campaña electoral, de frente a los comicios legislativos el próximo 5 de noviembre, en los que republicanos y demócratas se juegan el control del Congreso.

EEUU y Gran Bretaña insisten en la necesidad de una nueva resolución que obligue a Irak a abrir su territorio a los inspectores de la ONU en un plazo de treinta días y amenaza a Bagdad con el uso de la fuerza militar si no coopera.

La línea dura anglosajona no sólo ha recibido oposición de Francia, Rusia y China en el seno del Consejo de Seguridad, por considerar que dicha propuesta sería otorgar a Washington un ‘cheque en blanco’ para atacar militarmente. También aumentan las voces en contra de la guerra dentro del partido demócrata, e incluso en círculos militares en Estados Unidos.

Retraso del inicio de inspecciones

Hans Blix, jefe de la Comisión para la Verificación, Inspección y Vigilancia de la ONU, UNMOVIC, reconoció que el inicio de inspecciones no será a mediados de este mes, como preveía inicialmente. Blix dijo que los inspectores iniciarán su labor hasta contar con el apoyo unánime del Consejo de Seguridad.

Tras las negociaciones entre la ONU y una delegación iraquí, el martes pasado en Viena, Bagdad aceptó recibir a los inspectores en su territorio, pero en el acuerdo fueron excluídos los palacios presidenciales de Husein. Éstos gozan de un estatuto especial derivado de un acuerdo negociado entre el propio Sadam Husein y el secretario de la ONU, Kofi Annan, en 1998.

Aunque casi todos los miembros del Consejo coinciden en la necesidad de que una nueva resolución que respalde políticamente a los inspectores y defina claramente el alcance de su mandato, no hay acuerdo sobre el texto.

Desacuerdo sobre el contenido

La propuesta estadounidense es apoyada sólo por Gran Bretaña. Francia, que propone dos resoluciones, una sobre el mandato de los inspectores y otra posterior en caso de que Irak no coopere, no cuenta con el apoyo de la mayoría.

Rusia afirma que presentará su propio borrador, en el que considera incluír un paquete de negociaciones con el retorno de inspectores, y un posterior levantamiento progresivo de las sanciones que han sido impuestas a Irak desde la Guerra del Golfo. La economía Rusa depende en gran medida del petróleo, y Moscú teme que un ataque militar se traduciría en una seria crisis económica.

Alemania anti-bélica

El ministro alemán de Defensa, Peter Struck, advirtió sobre los peligros de una guerra, "que tendría consecuencias económicas mundiales y políticas en toda la región, y costaría numerosas vidas humanas". El objetivo prioritario, según Stuck, debe ser "el permitir la entrada a inspectores sin condiciones, y en segundo término, el evitar una guerra".

El titular de Defensa, dijo, en el marco de una reunión informal de ministros de Defensa de la UE en Grecia, que "todos reconocen el peligro del régimen de Sadam Husein", pero, enfatizó, "primero deben volver los inspectores para verificar la existencia de armas de destrucción masiva".

Intelectuales alemanes protestan

Más de un centenar de intelectuales alemanes hicieron un llamado para oponerse a la opción bélica en la lucha contra el terrorismo internacional. La plataforma alemana ‘acción para una mayor democracia', convocada entre otros por el premio Nobel de Literatura, Günter Grass y el filósofo Jürgen Habermas, impulsó el proyecto denominado ‘No en nuestro nombre’, que agrupa ya a 120 destacadas personalidades del mundo científico, eclesiástico y cultural de Alemania.

Los firmantes del llamado, se solidarizan con sus colegas estadounidenses que se oponen a la política bélica de la Administración Bush. "Estamos convencidos de que la guerra no es el medio adecuado para erradicar el terrorismo en el mundo", asegura el grupo, que insta a combatirlo sin violar el derecho internacional.