Turquía-UE: ¿una colaboración moral?
9 de marzo de 2016El lugar del encuentro tiene un significado simbólico. Alexis Tsipras, primer ministro griego, se reunió con el jefe de Gobierno turco, Ahmet Davutoglu, en Esmirna, la ciudad de Asia Menor donde ambos países lucharon enconadamente poco después de la Primera Guerra Mundial. Pero, en la crisis de refugiados, ambos países están juntos. Motivo para ello es la reciente propuesta turca con la que Davutoglu sorprendió a los participantes de la cumbre de la Unión Europea del pasado lunes (07.03.2016): Turquía estaría dispuesta a aceptar de vuelta el mismo número de migrantes que la Unión Europea acogiera de entre los refugiados sirios que ya se encuentran en territorio turco. De esta manera, entrarían en Europa de forma completamente legal y no serían pasto de los traficantes.
El Egeo dejaría de ser “un mar de tristeza y desesperanza”, dijo Davutoglu, refiriéndose a los muchos ahogados en sus aguas. Tsipras añadió que la peligrosa travesía era “una vergüenza para nuestra cultura”. Pero, para Tsipras, no solo se trata del aspecto humanitario. Para Grecia, la oferta turca supuso un alivio enorme, pues con el cierre de la ruta de los Balcanes el país se enfrenta con un número creciente de refugiados, gente que, en realidad, desea proseguir su camino hacia el norte.
¿Realmente se necesita a Turquía?
Por otro lado, el resto de países de la Unión Europea tendrían que estar preparados para reasentar a sirios procedentes de Turquía. Pero los intentos que hasta ahora ha habido de repartir refugiados han fracasado. Bohuslav Sobotka, presidente del Gobierno checo, y Viktor Orban, jefe de Gobierno húngaro, han dejado claro que no debe contarse con ellos.
Además, los países de los Balcanes dijeron que también se puede impedir el paso de los refugiados sin la ayuda turca, aunque sea a costa de Grecia. Desde que Eslovenia, Serbia, Croacia y Macedonia anunciaron que solo dejarán pasar a quienes tengan documentos válidos, la Ruta de los Balcanes está prácticamente cerrada. A pesar de ello, Janis Emmanouilidis, del think tank European Policy Centre, con sede en Bruselas, ve posibilidades a una solución conjunta turco-europea: “Si hubiera un paquete de medidas creíbles, que dieran la impresión de que realmente las cifras de refugiados disminuirían, los Estados miembro estarían no solo dispuestos a aprobarlo sino también a tomar parte en el reasentamiento de los refugiados procedentes de Turquía”.
La colaboración con Erdogan como “fractura moral”
Pero también hay una resistencia general hacia la cooperación con Turquia entre todos los partidos del Parlamento Europeo. Así lo advirtió Manfred Weber, el presidente del conservador Partido Popular Europeo, quien dijo que la Unión Europea no debe dejarse presionar por Turquía y que debiera ser capaz de proteger sus fronteras exteriores por sí sola. Philippe Lamberts, del grupo verde, calificó de “fractura moral” de la Unión Europea el hecho de que esta quiera colaborar con el Gobierno turco, dada la situación de los derechos humanos en aquel país. Marine Le Pen, que lidera el Frente Nacional francés, de extrema derecha, dijo directamente al Parlamento Europero: “Erdogan les chantajea”. A muchos les preocupa las exigencias de Turquía de querer acelerar las negociaciones para su entrada en la Unión Europea. El socialdemócrata Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo, dijo que ahí no habrá “concesiones” de ningún tipo y advirtió de que “debería separarse la crisis de refugiados de las negociaciones para el ingreso de Turquía en la UE”.
Chipre, miembro de la UE, amenaza con vetar esas negociaciones si Turquía no lo reconoce como país. Así lo aseguró este miércoles (09.03.2016) el portavoz del Gobierno chipriota. Por su parte, Janis Emmaouilidis cree que "no se trata de que Turquía tenga que ser miembro de la UE, sino de abrir nuevos capítulos en la negociación. Eso es algo importante para Erdogan, también en política interior."
Y si la próxima cumbre también fracasa….
En las últimas semanas ha habido dos cumbres sobre refugiados y en ambas ocasiones Angela Merkel se vio obligada a volver a casa con las manos vacías. No puede presentar como logro ante las tres inminentes elecciones regionales la “solución europea” por la que sigue luchando. “A veces el asunto podría ir más deprisa. Pero creo que, en general, la cosa se mueve en la dirección adecuada”, dijo Merkel este miércoles en la emisora Südwestrundfunk.
Janis Emmanouilidis también se muestra esperanzado: “Incluso aunque la próxima cumbre también fracase, habrá una nueva. Porque el reto es configurar un paquete complejo que contente a todos los Estados miembro. Es difícil y lleva tiempo, pero es posible“, concluye.