Último adiós

El querido escarabajo tiene las horas contadas y pronto tendrá el mismo destino que otros íconos de la revolución de las flores. Como el movimiento hippie y la música de los Beatles, quedará en el recuerdo. El legendario Bocho acabará en un museo en Wolfsburg, Alemania, donde se encuentra la sede de Volkswagen. Ahí será llevado el último modelo que salga de la banda de producción de la planta mexicana de Puebla. En una simbólica ceremonia, autoridades del gobierno mexicano y funcionarios del consorcio alemán dieron el disparo de inicio de las últimas 3.000 unidades que contarán con un acabado especial. La última edición del popular vehículo tendrá un estilo nostálgico, de colores pastel azul y beige, contará con tapas de ruedas y accesorios cromados.

Símbolo del milagro económico

Creado a principios de los años 30 por órdenes de Hitler, el ‘prototipo’ Volkswagen nació como automóvil del pueblo, y se convirtió en el primer vehículo de muchas familias alemanas. Después de la guerra se convirtió en símbolo del milagro económico alemán, y fue objeto de culto de la generación hippie. En su historial ha sido estrella de cine, y su enorme popularidad ayudó a su fabricante a convertirse en el consorcio automotriz más grande de Europa. "El automóvil ha sido un símbolo de simpatía que ha movilizado a millones de personas a lo largo de su historia y deja muchas anécdotas y emociones. Será inolvidable, pero hoy en día su configuración básica quedó superada", afirma Fred Bärbock, portavoz de la sede del consorcio en Wolfsburg.

El bocho domina el paisaje

El primer Bocho fue importado a México en 1954 y su producción en Puebla fue iniciada en 1967. Posteriormente le siguió el modelo Golf, el Jetta y por último el llamado New Beetle en 1988, pero con un precio de entre 20.000 y 25.000 dólares, no es un vehículo que todos puedan comprar. Hoy en día Volkswagen de México es la mayor empresa alemana en México. En el país de los aztecas el Bocho domina el paisaje y es tan mexicano como el tequila, los sombreros y el mariachi. Desde que fue suspendida la producción del modelo en Brasil, en 1986, México era el único país que lo fabricaba.

La ceremonia oficial de despedida del Sedán estuvo ensombrecida por problemas en la planta de Puebla. La fábrica reducirá su producción lo que supone una amenaza para unos 2.000 puestos de trabajo. La caída en la demanda del Jetta y el New Beetle es la razón del recorte.

Para los 300 mexicanos que trabajan en la línea de ensamblaje del vehículo, la despedida del Bocho será como la de un familiar, la producción del Sedán alcanzó las 53 unidades diarias. Es el automóvil que más se roban en las calles de la Ciudad de México, pero también del que más fácilmente se obtienen repuestos. En cualquier pueblo de México hay un taller mecánico que puede repararlo. Tan sólo en México existen 90 clubes de aficionados y alrededor de 1,5 millones de vehículos en circulación. Unos 80.000 taxis de la metrópoli, llamados ecológicos por su color verde, parecen enjambres que pululan por las calles.

Mayor diversidad e individualidad

Pero nada es eterno y finalmente la decisión de suspender su producción responde a las leyes del mercado. El Golf ha ocupado ya su lugar con 22,1 millones de vehículos producidos (del Bocho han sido fabricados 21.5 millones de unidades). "El tiempo de duración de un modelo es cada vez menor y para la industria significa poner en el mercado nuevos modelos con mayor rapidez", afirma Bärbock. "Mientras que antes uno ocupaba segmentos, ya sea de los compactos, medianos o de lujo, hoy en día los segmentos están ocupados. Tenemos que producir nuevos modelos y tratar de ocupar nichos de mercado así como diversificar las versiones de un mismo modelo. La tendencia es cada vez mayor individualidad", señala. Las nuevas tecnologías dieron luz a un amplio rango de vehículos compactos, eficientes y veloces, que han empujado al bocho al borde del fin, hasta que su fabricante decidió por fin apagar el interruptor de la leyenda.