Argentina: crecimiento precario
24 de octubre de 2007¿Cuáles son los pilares de la actual política económica en la Argentina?
La economía argentina continúa basándose, como desde siempre, en la exportación de productos primarios. Es decir, el principal pilar y motor de la economía argentina es la exportación de carne, soja, trigo, etc. Como actualmente se registra una gran demanda de esos productos en los mercados mundiales, ello permite crecer a la Argentina a un ritmo importante. Luego de haberse registrado una disminución del producto de casi el 11 % en 2002, el año de la crisis financiera, ya en el 2003 se recuperó, creciendo un 8,8 %. EL crecimiento continuó luego con un 9,2 % en los años 2004 y 2005, un 8,5 % en el 2006 y para este año se pronostica un 7,5 %.
Lo que caracteriza a la política económica argentina actual es, a diferencia de lo que sucedió en los años 90, el intervencionismo del Estado. Se trata en definitiva de una política de concertación entre las empresas, los sindicatos y el Gobierno. Es más, se podría hablar de una economía mixta, en la que el Estado desempeña un importante papel. Uno de los instrumentos más importantes es además el control del tipo de cambio, que mantiene al peso argentino subvaluado. Ello a su vez impulsa las exportaciones, lo que hace que entre mucho dinero al país. Si bien el Banco Central Argentino es independiente, de facto sigue los lineamientos del Gobierno, que busca justamente ese efecto.
¿Y cuáles son los principales problemas?
El principal problema inmediato es la inflación. En el 2006 fue del 9,8 % y para este año se proyecta una inflación del 11 %. Son cifras mucho mayores que en numerosos otros países de la región. Se trata sobre todo de una inflación importada, debido al control del tipo de cambio y a los tipos de interés bajos. Es decir, el Gobierno favorece el crecimiento, dejando que la inflación aumente considerablemente. Si se revaluara la moneda y se aumentaran los tipos de interés, el crecimiento sería menor, pero más equilibrado y sobre todo con menos inflación. Además, no hay que olvidar que la inflación hace disminuir los ingresos reales.
Otro problema es la gran dependencia de la exportación de productos primarios y de la demanda de pocos países. Si bien Brasil es el socio comercial más importante, la demanda de China también adquiere un papel fundamental en el crecimiento de la economía argentina. Es decir, que en definitiva tenemos dos tipos de dependencia: primero, la dependencia de la exportación de productos primarios, cuya demanda puede caer y arrastrar a la economía a la baja y, segundo, la falta de diversificación por países.
Un tercer gran problema, éste estructural, son los déficits en la política industrial. Se trata de un dilema tradicional de la Argentina, que tampoco el Gobierno de Kirchner ha acometido en forma satisfactoria. Faltan inversiones en educación e investigación y desarrollo. De esa forma no es posible desarrollar una infraestructura industrial moderna, de alta productividad y competitiva en los mercados internacionales.
El Gobierno parece aplicar una política económica dictada a menudo por motivos de corto plazo, incluso populistas, como la prohibición de exportar carne para satisfacer el consumo interno con carne a bajo precio. ¿No es eso una política económica que pierde de vista las líneas estratégicas?
Efectivamente, todo parece indicar que en la política económica se toman decisiones de corto plazo, marcadas además por un intervencionismo mucho más acentuado que por ejemplo en Europa. Ese intervencionismo no apuesta por la asignación de recursos a través del mercado, sino a través de decisiones políticas y concertadas entre los grandes grupos sociales y el Gobierno. Por otra parte, se trata de un estilo de moda actualmente en algunos otros países, por ejemplo Venezuela y Bolivia. Ese intervencionismo no ha logrado y no logrará resolver, sin embargo, los problemas tradicionales de la Argentina. El modelo de substitución de importaciones ya pertenece al pasado y tampoco será posible reflotarlo, más teniendo en cuenta las economías de escala del mundo globalizado y lo relativamente reducido que es el mercado argentino. Por otra parte, si bien es loable que la Argentina haya terminado con la dependencia del FMI, ahora ha pasado a depender de Venezuela, que ha comprado bonos argentinos para que la Argentina le pudiera pagar al FMI. Pero ¿qué pasa si dentro de uno o dos años Venezuela no puede ayudar a la Argentina como ahora..?
La Argentina y el Mercosur: ¿cuáles son las perspectivas para el grupo y para la economía argentina?
El problema del Mercosur es que en su seno coexisten dos tendencias divergentes. Por un lado tenemos la idea defendida por Brasil, que tiende más hacia Europa, al libro juego de las fuerzas del mercado y la no intervención de los Gobiernos en el funcionamiento de la economía. Por otro lado tenemos la estrategia propuesta por Venezuela, que aboga por mercados protegidos, la nacionalización de empresas y el intervencionismo estatal en la economía. Ambos modelos se excluyen. Ello es la razón por la que el Parlamento brasileño aún no ha ratifico el ingreso de Venezuela al Mercosur. Argentina se halla en el medio, oscilando entre ambas posiciones y sin decidirse del todo por una. Por un lado no defiende un nacionalismo intervencionista tan extremo como el de Venezuela, pero por otro tampoco se decide por una política de apertura y de fuerzas de mercado como Brasil. Ello hace que la convergencia dentro del Mercosur sea difícil, lo que hace difícil que pueda adquirir trascendencia por lo menos en un futuro próximo.
¿Cuales son las perspectivas para la economía argentina en caso de que Cristina Kirchner gane las elecciones?
Seguramente habrá más de lo mismo. Continuará la concertación económica y el dirigismo del Estado, el país continuará produciendo y exportando relativamente pocos bienes económicos con escaso valor agregado, la industria no adquirirá la competitividad internacional que sería necesaria. En definitiva, el kirchnerismo es un peronismo tradicional. En la economía trata adaptarse a los nuevos tiempos que corren, pero en definitiva utilizando los instrumentos del pasado, que ya han probado no ser los apropiados para sacar realmente a Argentina adelante y alcanzar en algún momento el status de país industrial desarrollado.
El Dr. Wolfgang Muno es colaborador científico del Instituto de Politología de la Universidad de Maguncia y profesor en la Universidad de Coblenza-Landau.