Así comía el hombre medieval
14 de enero de 2008Si los europeos no hubieran descubierto América, la vida en el Viejo Continente sería hoy muy diferente de lo que es. Entre otras muchas cosas, los alemanes no hubieran podido cultivar su fama de insaciables comedores de patatas. Ningún francés hubiese recaudado gloria ni fortuna gracias a una cremosa “mousse au chocolat". Y la mitad de las abuelas de Europa no estarían ocultando celo el ingrediente secreto de esa insuperable sopa de tomate que atrae regularmente las visitas de los nietos.
Sin América, a este lado del Atlántico se echarían de menos una gran cantidad de sabrosas comidas. Pero hubo un tiempo en el que el mundo era plano, y si un barco se aventuraba en exceso mar adentro corría el peligro de caer al infinito al toparse con el borde de la Tierra. Y también en aquella época los hombres se recreaban en el placer de alimentarse. E incluso una vez colocada en el mapa la “otra India”, los europeos tardaron en conocer las delicias de América y aún así siguieron comiendo.
Comían sí, pero ¿qué? El Foro de la Edad Media de la Universidad de Bonn, un grupo constituido por amantes de este periodo histórico, invita a degustar platos típicos de hace 600 años en los que falta el ají y el maíz, pero sobra el perejil, la cebolla y el pollo.
Recetas con historia
“Se toma una hermosa pieza de carne de cordero que haya sido sofrita, o si no un pollo u otro tipo de carne, y se trocea. Se pone la carne en una olla pequeña o entre dos placas de plata. Se le añade perejil, cebolla troceada, vino y un poco de vinagre, pimienta molida, canela, sal y azafrán. Se deja cocinar sobre el carbón caliente y posteriormente se sirve. Si no se tiene vino ni vinagre se puede usar en su lugar cerveza, mostaza y un poco de Verjus [un zumo ácido de manzana o uva verde]”.
Así cocinaban los ingleses de mediados del siglo XV un buen estofado. La traducción de esta receta es obra de los miembros del Foro de la Edad Media y el próximo sábado 26 demostrarán a todos los que quieran acercarse a Bonn que de los viejos libros de cocina también se pueden extraer auténticos banquetes.
O que ciertas cosas, como el arroz con leche, tampoco han cambiado tanto. En 1430 lo preparaban de la siguiente manera: “Limpiar una porción de arroz, cocerla y dejarla enfriar. Añadir al arroz leche de almendras. Volver a cocer. Añadir azúcar y miel y servir”.
Algo más que alimentarse
Como hoy, en la Edad Media el acto de la comida significaba más que la mera satisfacción de una necesidad biológica. Comer era un evento social, el reflejo de una cultura y un placer. Cocinar suponía no sólo una rutina diaria sino un arte creativo, más en un tiempo en el que se dependía por completo de las estaciones del año y de la generosidad de la naturaleza.
Por lo tanto, el Foro de la Edad Media aprovechará el encuentro culinario de Bonn para dar a conocer aspectos nuevos de la cultura y el pensamientos mediales. Además, no sólo recetas de cocina contienen los libros de esta época: también se detallan gran cantidad de remedios naturales para combatir con la fuerza de las plantas los males más diversos.
Por ejemplo, la tos: “Se toma ruda, salvia, comino, pimienta y se cuecen con miel. Toma cada mañana y cada noche una cucharada de este preparado”.