Tradición carnívora y vegetarianismo
30 de agosto de 2013Siete millones de alemanes, entre el ocho y el nueve por ciento de la población, no comen carne ni pescado; la tendencia va en aumento. Es sobre todo la gente joven la que elige un modo de vida vegetariano. Según el Servicio Alemán de Estudiantes, la cantidad de platos sin carne consumidos en los comedores universitarios aumentó del 10 al 40 por ciento en los últimos años. Aún así, sacrificar animales para comer su carne es algo propio de la naturaleza humana.
Desde hace casi tres millones de años, la carne forma parte de la dieta del ser humano y sus antecesores. Es más, el consumo de carne fue esencial para la evolución: en algún momento, cuando el cerebro estaba en proceso de desarrollo y comenzó a necesitar cada vez más energía, los alimentos accesibles a base de especies vegetales no pudieron ya proporcionar la cantidad necesaria de calorías. La especie humana se volvió carnívora.
Con el correr del tiempo, debido a la agricultura y al aumento de la población, el consumo de carne disminuyó considerablemente hasta fines del siglo XIX. Pero en el siglo pasado, el progreso tecnológico, veterinario y farmaceútico permitió la explotación intensiva de animales y la carne reapareció en el plato cotidiano. No obstante, cabe destacar que no es un fenómeno global.
La carne y el bienestar
A nivel mundial, el consumo de carne se ha cuadruplicado en los últimos 50 años. Sin embargo, solo en los países industrializados los productos cárnicos se convirtieron en algo común. En dicha parte del mundo se come casi el doble de carne que en los países en desarrollo. De hecho, donde aumenta el bienestar material, aumenta también el consumo de carne. El mejor ejemplo: China. En 1961, un chino promedio comía solo 3,6 kilos de carne al año; en 2002, unos 49,3 kilos.
Tampoco es una cuestión de tradición. Los platos de carne tienen similar importancia en la cocina tradicional de Nigeria que en la de Alemania, pero gran parte de los nigerianos simplemente no pueden permitirse comer carne todos los días, porque no pueden pagarla. Según los últimos datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, en promedio, un nigeriano consume 8,8 kilos de carne por año; un alemán 88,1; un estadounidense hasta 120,2 kilos.
El vegetarianismo, ¿un paso atrás?
¿Dónde situar la actual tendencia al vegetarianismo que se registra, por ejemplo en Alemania, en ese contexto histórico? En vista del significado de la carne para la evolución humana, ¿no es un contrasentido renunciar a comerla?
Se sabe que ya en el siglo V A.C., grupos de personas en India, la antigua Grecia y Egipto rechazaban el consumo de carne por motivos religiosos, filosóficos y médicos. Durante siglos, el subcontinente indio fue y sigue siendo un bastión del vegetarianismo; hoy, casi un 40 por ciento de la población de India no come carne voluntariamente.
Los antiguos pueblos de cazadores y recolectores solo tenían lo que la naturaleza les proporcionaba. Hoy en día tenemos otras posibilidades de cubrir nuestra necesidad de calorías. "Desde esta perspectiva, el carnivorismo humano no es más que una tradición, una práctica antigua, que además no carece de alternativas. La esclavitud, la guerra y la prostitución siempre han existido a lo largo de la historia humana, pero ¿acaso eso las justifica?” pregunta la Unión Vegetariana de Alemania.
Más que la protección de los animales
El paso al vegetarianismo es mucho más que una mera cuestión de gusto y compasión con los animales. Según el partido alemán Los Verdes, solo en Sudamérica, unos 2,5 millones de hectáreas de superficie agrícola se usan para el cultivo de pienso de soja para la ganadería alemana; una superficie que falta para la producción de alimentos para la población local y que se va ampliando a costa de la selva amazónica. La Asociación Alemana de Nutrición y Salud advierte de un consumo de carne demasiado elevado y, en consecuencia, de serios riesgos para la salud de gran parte de la población alemana. Según la Unión Vegetariana de Alemania, el consumo de carne en exceso contribuye al cambio climático, a la escacez de agua potable y al hambre mundial; se podría seguir con la lista.
El vegetarianismo va más alla de la protección de los animales, los escándalos de carne de caballo y la contaminación de alimentos con antibióticos. Según sus adeptos, debe incentivar debates sobre temas tan fundamentales como la responsabilidad social y la ética económica. La Unión Vegetariana de Alemania cita a una de las grandes mentes del siglo pasado, Albert Einstein: “Nada permitirá tanto mejorar las posibilidades de sobrevivir en la Tierra como el paso a la alimentación vegetariana”.